La sobreexplotación de los recursos pesqueros daña los ecosistemas marinos y pone en peligro la continuidad de las especies comerciales. Es uno de los motivos que debería llevar a los consumidores a adquirir productos de pesca sostenible, como los etiquetados con el sello MSC. Pero no es el único. Este artículo señala las razones que deberían convencernos para consumir productos pesqueros sostenibles.
Para reducir la sobrepesca y la pesca ilegal
Al adquirir productos de pesca sostenible, los consumidores contribuyen a luchar contra la sobrepesca y la pesca ilegal y fraudulenta. Según datos de la organización conservacionista WWF, en las últimas cuatro décadas las poblaciones de especies marinas se han reducido en un 39% de media en todo el planeta.
Entre las causas principales se encuentra la sobreexplotación de los caladeros. Esta sobrepesca afecta en especial a algunos mares. Como lo reflejan cifras del Eurostat y la Comisión Europea, el 80% de las poblaciones mediterráneas y el 47% de las del Atlántico están sobreexplotadas.
Entre el 12% y el 28% de la pesca mundial es ilegalAdemás, se estima que la pesca ilegal, no declarada y no regulada representa entre 11 y 26 millones de toneladas (entre el 12% y el 28% de la pesca mundial), destaca Laura Rodríguez, responsable para España y Portugal de la ecoetiqueta MSC para el pescado sostenible. Los promotores de la pesca ilegal no dudan en cometer todo tipo de fraudes que vulneran los derechos y la seguridad alimentaria de los consumidores. Así lo puso en evidencia un estudio realizado por la ONG Oceana, que analizó el origen real de varios productos pesqueros que se comían en varios restaurantes en Bruselas, la ciudad de Bélgica donde se aprueban las normativas comunitarias. Según María José Cornax, directora de pesca de Oceana en Europa, «los test de ADN descubrieron que uno de cada tres pescados consumidos eran falsos. Algunos casos eran muy llamativos: el 95% del atún rojo no era tal y como bacalao se vendía panga, un pescado cultivado en el sudeste asiático en malas condiciones».
Para asegurar el futuro de la pesca
La pesca sostenible es la mejor manera de asegurar no solo que haya productos pesqueros en la actualidad, sino también en los próximos años. Si se aplican las medidas correctas necesarias, los recursos pesqueros sobreexplotados se recuperan y con el tiempo es posible otra vez su pesca. El atún rojo es un buen ejemplo, señala Raúl García, responsable de Pesca de WWF España: «Estuvo a punto de colapsar y se aprobó hace unos años un plan serio a largo plazo que empieza a dar frutos».
En este sentido, España es uno de los países más interesados de la Unión Europea (UE) en apostar por la pesca sostenible: es el segundo que más millones de toneladas de capturas realiza, por detrás de Dinamarca. Como puntualizaba el entonces secretario general de Pesca del Ministerio de Medio Ambiente, Carlos Domínguez, «sin peces, no hay pescadores. No hay a largo plazo otra posibilidad que explotar los recursos pesqueros de forma renovable».
Para contribuir a unas condiciones dignas de trabajo
La sobreexplotación de los recursos pesqueros provoca la desaparición de la forma de vida de miles de personas en todo el mundo, según los expertos. Rodríguez destaca que «las flotas que realizan pesca ilegal conllevan grandes riesgos desde el punto de vista de derechos laborales».
La ONG británica The New Economics Foundation (NEF) apuntaba en un informe que restaurar los stocks de pesca comerciales en la UE a su rendimiento máximo sostenible (RMS) podría generar más de 3.000 millones de euros en valor de capturas adicionales por año, además de que se podrían crear hasta 100.000 puestos de trabajo, de los que 35.000 serían empleos directos en el sector pesquero. El responsable de NEF, Aniol Esteban, recuerda los datos del Banco Mundial: «Cada año perdemos 50.000 millones de dólares por tener los stocks de pesca por debajo de su RMS. Devolverlos a su RMS nos daría 50.000 millones de dólares más, generaría más y mejor empleo y garantizaría un alimento clave para comunidades pesqueras en países en vías de desarrollo».
Porque la pequeña diferencia de precio compensa
La responsable del sello MSC reconoce que la certificación implica unos mayores costes que asumen desde los pescadores hasta los comercializadores: «Una parte se traslada al consumidor, pero por lo general el diferencial de precio es pequeño. Por otro lado, cuando hablamos de costes hay que evaluar también el de la pesca insostenible, cuánto vale reparar un ecosistema o compensar las pérdidas de los productores o empresas transformadoras si no tienen pescado una campaña. Los costes de reparación son mucho más altos para la sociedad que la inversión a largo plazo de operar de manera sostenible».
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