La empresa propietaria de la central nuclear José Cabrera, situada en la localidad de Almonacid de Zorita (Guadalajara), ha presentado en la Audiencia Nacional un recurso contencioso-administrativo contra la decisión del Ministerio de Economía de cerrar definitivamente la planta el 30 de abril del año 2006. Según fuentes consultadas, este recurso de Unión Fenosa se basa en «el menor tiempo concedido en la extensión de la autorización de funcionamiento».
El 10 de diciembre pasado, esa compañía eléctrica presentó un recurso contencioso-administrativo contra la orden ministerial de 14 de octubre, publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el 7 de noviembre, por la que se renovaba la autorización de explotación de la central José Cabrera.
Esta disposición legal estaba firmada por el secretario de Estado de Energía, Desarrollo Industrial y de la Pequeña y Mediana Empresa, José Folgado, por delegación del ministro de Economía, Rodrigo Rato. En ese documento, Unión Fenosa reclamaba también el expediente administrativo para formular la demanda. La Sección 6 de la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional admitió a trámite el recurso el pasado día 9. La Administración tenía, desde entonces, un plazo improrrogable de veinte días para remitir a la Audiencia Nacional el expediente administrativo de la central nuclear de Zorita.
El 14 de octubre de 2002 Economía comunicaba oficialmente a Unión Fenosa la orden de cierre de la central nuclear de Zorita, un día antes de que entrara en vigor la orden ministerial que establecía la fecha de clausura el mismo día en que expiraba el permiso de explotación concedido en el año 1999. La decisión del Ministerio de Economía estuvo precedida de una amplia polémica en el seno del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN).
Un mes antes, los cuatro consejeros propusieron la clausura de esta planta nuclear, la más antigua del parque español, en el año 2006, fundamentalmente por «falta de cultura de seguridad». En esta votación se abstuvo María Teresa Estevan Bolea, presidenta del CSN.
La polémica se trasladó al Congreso de los Diputados, con ocasión de la comparecencia de María Teresa Estevan Bolea ante la Comisión de Economía y Hacienda, el 25 de septiembre del año pasado, para presentar el informe del CSN correspondiente a 2001 e informar sobre las centrales de Zorita y Cofrentes (Valencia), entre otras cuestiones.
En aquél momento, la presidenta del CSN dijo textualmente que «las centrales nucleares son seguras o no lo son, y hoy puedo señalarles que las condiciones de seguridad de Zorita y de todas nuestras centrales son plenas; si no, no permitiríamos su funcionamiento ni tres años, ni dos meses, ni un día».
En su intervención preliminar ante la Comisión de Economía y Hacienda de la Cámara Baja subrayó que «bajo el punto de vista personal yo no tengo ningún interés especial en que una central trabaje más o menos años, porque a nosotros sólo nos corresponde velar por la seguridad cuando están en operación». La presidenta del CSN también advirtió en su comparecencia que no podía apoyar el último informe que recibió el voto mayoritario de los cuatro consejeros de este organismo regulador, «porque para justificar una decisión política se introdujeron conceptos carentes de rigor respecto a la seguridad de la planta».
Por otra parte, el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ha exigido a la central de Zorita el cumplimiento de una batería de instrucciones, que afectan principalmente al funcionamiento e inversiones, con el objetivo de garantizar la seguridad de la instalación hasta su cierre.
En un informe sobre «Instrucciones Técnicas Complementarias a la Autorización de Explotación», remitido por el CSN al Congreso de los Diputados, se establecen diecisiete requisitos que debe cumplir la central para seguir operando hasta su cierre. Entre ellos exige que las inversiones deben garantizar todos los cambios necesarios para mantener y mejorar razonablemente la seguridad. En este sentido, el CSN señala que «ninguna inversión importante para la seguridad podrá dejarse sin financiar».
Otra de las instrucciones hace referencia a la protección radiológica dentro de la central que, por otra parte, deberá realizar informes anuales sobre sucesos internos, sobre modificaciones de diseño o sobre medidas tomadas para adecuar su explotación a los nuevos requisitos. Asimismo, se pide la elaboración de un informe anual de resultados del programa de vigilancia radiológica ambiental.
La central nuclear de Zorita constituyó en el momento de su concepción, a principios de la década de los sesenta, un ejemplo de visión industrial, según el Foro Nuclear que agrupa a la industria nuclear española. El primer acoplamiento a la red se produjo en el mes de julio de 1968 y, descontando el tiempo que ha permanecido en otros modos de funcionamiento distintos del de operación a plena potencia debido a paradas para recarga y modificaciones de diseño, entre otras, lleva acumulados más de 22,5 años equivalentes de funcionamiento a plena potencia.
El diseño y construcción de esta planta nuclear se llevó a efecto en el tiempo en que se aprobaba en España la Ley Nuclear. En esa época, 1964, la normativa nuclear era muy incipiente. El tipo de reactor elegido fue PWR, con una potencia de 160 megavatios electrónicos (MWe), que había sido desarrollado como reactor de propulsión de submarinos en Estados Unidos.