Tras el accidente de Fukushima, las autoridades europeas decidieron obligar a todas las instalaciones nucleares de la UE a pasar las denominadas pruebas de resistencia. Sus responsables deberán incluir mejoras adicionales a las establecidas en su diseño original para hacer frente a situaciones “extremas improbables”, capaces de producir daños en el núcleo y escapes radiactivos. El informe definitivo deberá estar antes del 31 de diciembre. Las empresas titulares de las centrales españolas creen que superarán las pruebas, e incluso, podrían buscar emplazamientos para una nueva instalación.
Qué son las pruebas de resistencia
Las pruebas de resistencia, o «stress test», reevaluarán los márgenes de seguridad de las centrales nucleares. La iniciativa surgió del Consejo Europeo tras el accidente de la central japonesa de Fukushima. Sus responsables obligarán a todas las instalaciones europeas a pasarlas con los mismos criterios.
En España, el CSN recibirá los informes de sus titulares y decidirá si superan o no las pruebas. Y no serán las únicas: el Gobierno japonés anunciaba en julio que los reactores de su país deberán someterse a las mismas pruebas que los europeos. La Comisión de Seguridad Nuclear, también un organismo «independiente», será la responsable de los test.
Las pruebas de resistencia reevaluarán los márgenes de seguridad de las centrales nuclearesSegún el CSN, estas pruebas no significan que las centrales nucleares funcionen de forma insegura. Su diseño se realizó para que accidentes previsibles, como terremotos, inundaciones, huracanes o explosiones «no produzcan daño al núcleo del reactor ni liberaciones significativas de material radiactivo». El propio CSN revisa el funcionamiento de los sistemas de seguridad de forma periódica.
Sin embargo, en situaciones «extremas improbables» podrían ocasionarse daños en el núcleo y escapes radiactivos. Las pruebas de resistencia harán hincapié en este tipo de accidentes severos, para mejorar las guías de gestión frente a las mismas.
Cómo se harán las pruebas de resistencia
Las pruebas de resistencia incluyen, de manera básica, tres aspectos:
- Sucesos externos de origen natural que pudieran generar accidentes severos, como terremotos o inundaciones.
- Situaciones con pérdida de las funciones vitales de la instalación (alimentación eléctrica y sumidero de calor).
- Medidas de gestión y mitigación en condiciones de accidente severo.
Se analizará qué medios tienen las centrales para actuar en este tipo de catástrofes y evitar en lo posible daños y fugas radiactivas. También se comprobará la resistencia de otras instalaciones nucleares, como los almacenes temporales individuales de residuos de las propias centrales y la fábrica de combustible de Juzbado (Salamanca).
El procedimiento debe realizarse a lo largo de los meses restantes de 2011. Las empresas que gestionan las centrales nucleares remitirán al CSN toda la documentación necesaria. Tras analizarlo, este organismo enviará su informe preliminar a la Comisión Europea (CE) el 15 de septiembre.
Las empresas disponen de plazo hasta el 31 de octubre para enviar al CSN los resultados completos de las pruebas y la documentación de soporte correspondiente. Por su parte, el organismo regulador debe enviar a la CE su informe definitivo antes del 31 de diciembre. Los resultados serán públicos y podrán consultarse en la web del CSN.
¿Y si alguna central no pasa las pruebas?
Durante la realización de las pruebas, las centrales pueden proponer medidas de mejora. Si no hay propuestas, el CSN puede requerirlas y se establecerán unos plazos para incorporarlas. Si el titular de una de estas instalaciones decide no implantarlas, no podrá continuar en operación.
Los responsables del Foro Nuclear, la organización que reúne a la patronal de este sector en España, han asegurado que las centrales nucleares españolas «superarán previsiblemente los test de estrés europeos» y no ven «descabellado» que se inicie la búsqueda de posibles emplazamientos para construir una nueva planta en España.