Los puntos limpios hacen una gran labor ambiental al acoger residuos que no pueden depositarse en los contenedores convencionales de la calle, por contener sustancias peligrosas o ser de gran volumen. Sin embargo, diversos expertos y usuarios de estas instalaciones señalan en este artículo cinco aspectos que deberían mejorar para ofrecer un mejor servicio y lograr sus objetivos.
1. Evitar los robos
Matías Rodrigues, director general en España de la Plataforma Europea de Reciclado (ERP), asegura que en los últimos meses se han incrementado los robos en los puntos limpios e incluso antes de que los residuos lleguen a estas instalaciones. Según este experto, esto se debe a que las materias primas, en particular el acero, el aluminio y el cobre, han experimentado una subida del precio muy acusada, que se une a la mala situación económica del país.
En los últimos meses se han incrementado los robos en los puntos limpios, según un expertoSegún un artículo del ‘Diario de Sevilla‘, la ONG Ecologistas en Acción califica de «calamidad» la situación actual en la capital hispalense de los puntos limpios y ha reclamado a la Consejería de Medio Ambiente que implante sistemas de control.
El robo de estos residuos puede provocar una contaminación grave del medio ambiente, al tratarse de sustancias peligrosas. Además, pone en peligro la actividad recuperadora posterior, al reducirse la cantidad de residuos procedentes de los puntos limpios. Aunque no todo pueda achacarse a estos robos, en Sevilla las plantas de recuperación de aparatos electrónicos han disminuido su actividad entre un 50% y un 80%, según los datos de dicho artículo.
Por ello, el aumento de la seguridad de estas instalaciones es una de las medidas esenciales. Además, sería conveniente reforzar los controles del tráfico de los residuos ilegales, no solo con los delincuentes que cometen los robos, sino también con las personas o empresas que compran o comercializan dichos residuos.
2. Aprovechar mejor los residuos
La directiva europea de residuos establece una jerarquía, por orden de mayor a menor importancia: prevención, reutilización, reciclaje, valorización y eliminación. Los vertederos y las incineradoras deberían ser el último recurso, pero en la práctica son más bien el primero. La llegada de los residuos en mal estado, una incorrecta gestión de los mismos, o no realizar el esfuerzo necesario de aplicar la legislación comunitaria, se traduce en una reducción de las posibilidades de reciclar. Consumidores y responsables de los puntos limpios pueden hacer un mayor esfuerzo para mejorar esta situación.
3. Aumentar su número y acercarlos a los ciudadanos
El uso de los puntos limpios es gratuito, pero los consumidores tienen que transportar sus residuos. Por lo general, se encuentran un tanto alejados de los centros urbanos. Además, no todos los municipios disponen de este servicio. Por ello, sería conveniente aumentar su número tanto en núcleos urbanos como rurales.
Otra posibilidad consistiría en acercarlos a los ciudadanos. Los puntos limpios móviles cubren en parte esta carencia. Estos camiones con contenedores especiales recogen de manera selectiva y segura dichos residuos peligrosos y voluminosos. Sus responsables realizan una ruta regular por el municipio y aparcan en zonas y horas establecidas, aunque también mejorables. Diversos consumidores y asociaciones vecinales solicitan que aumenten el horario (en algunos municipios pasan una vez al mes), informen más, estacionen en lugares más accesibles y céntricos y posibiliten el depósito del mayor número de residuos.
4. Premiar el reciclaje y mejorar el trato a los usuarios
La educadora ambiental Marta Pietro Tarazaga señala que los puntos limpios, al menos en el municipio de Madrid que conoce y utiliza, «siempre ponen alguna traba a las personas que invierten su tiempo en ir a reciclar. Raro es que no vuelvas con algo que no dejan tirar. Y no hablo de cosas extrañísimas: el líquido de la batería de una moto o el cuarto cartucho de la impresora de casa (solo puedes tirar tres de una vez)».
Por ello, en la opinión de esta experta, los puntos limpios deberían recibir a los ciudadanos «con una actitud positiva y premiarles por su esfuerzo, en lugar de hacerles sentir como un estorbo y querer echarles cuanto antes».
5. Divulgar sus beneficios y ofrecer más información
Si se desconocen, o se conocen mal, es imposible que quieran utilizarse. Las campañas de divulgación sobre los puntos limpios y sus beneficios ambientales, económicos y sociales a la sociedad, contribuirían a un aumento de su uso. La mejora de la información para resolver dudas también sería necesaria, como teléfonos de contacto o páginas web.
Pietro sostiene también que deberían ser los puntos de referencia para informar y formar en materia de reciclaje: «Habría que transformarlos en centros de educación ambiental sobre el medio urbano. Es donde al ciudadano le surgen todas las dudas sobre sus residuos y sería ideal ayudarle in situ a prevenir y reciclar su basura».