El almizcle es una sustancia presente en la composición de muchos perfumes. Sus características fragantes y sus cualidades como fijador de otros aromas le han convertido en un elemento muy apreciado e indispensable para la elaboración de distintos tipos de esencias. Cuenta la leyenda que fue Marco Polo el que lo dio a conocer en el resto del mundo tras descubrirlo en uno de sus viajes al Valle de Cachemira, en la cordillera del Himalaya. En los orígenes el almizcle se obtenía del ciervo almizclero, de una glándula situada entre los genitales y el ombligo del animal. ¿De dónde se obtiene en la actualidad? Te lo explicamos a continuación.
Antaño, el almizcle se obtenía del ciervo almizclero; de una glándula situada entre los genitales y el ombligo del animal. A finales del siglo XIX comenzó a producirse sintéticamente y a extraerse de las plantas, lo que abarató de forma considerable su precio. En 1979 la Convención sobre el Comercio Internacional de las Especies en Peligro de la Fauna y la Flora Salvaje incluyó al ciervo almizclero en su catálogo de especies protegidas para evitar la matanza indiscriminada de estos animales. Te contamos todos los secretos y curiosidades de este singular perfume milenario.
Almizcle, una sustancia de origen animal
El almizcle —también conocido por su nombre inglés, musk— es una sustancia de color marrón y fuerte olor que proviene de una glándula que el ciervo almizclero macho tiene junto a los genitales, en la que segrega feromonas para atraer a las hembras. Para obtener el almizcle hay que extraer la glándula completa, lo que implica sacrificar al animal; después hay que dejarla secar y machacarla hasta extraer un polvo muy fino, que es diluido en alcohol en pequeñas proporciones.
De acuerdo con los datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), las laderas norte y sur del Himalaya (Tíbet y la India) centralizan casi todo el comercio internacional del almizcle, que asciende a unos 200 kilos anuales. Para obtener esta cantidad sacrifican entre 20.000 y 30.000 machos, más otras tantas hembras y crías, ya que la caza es indiscriminada.
El almizcle es una de las sustancias más preciosas del reino animal. Según la FAO, en los últimos años el almizcle ha llegado a triplicar el precio de venta del oro. Con el objetivo de proteger a los ciervos almizcleros en 1979 la Convención sobre el Comercio Internacional de las Especies en Peligro de la Fauna y la Flora Salvaje (CITES) comenzó a supervisar la venta de este tipo de productos en muchos países.
Por desgracia, el comercio ilegal sigue existiendo. En Oriente —sobre todo en Japón— el almizcle es utilizado para la fabricación de numerosos medicamentos y en Occidente para elaborar sofisticados perfumes.
Además del ciervo almizclero, hay otros animales cuyas glándulas también segregan almizcle. Es el caso de ciertas especies de monos, ratas, patos, bueyes y escarabajos, la civeta, el castor, las musarañas o el caimán de América Central.
El almizcle vegetal y artificial
A finales del siglo XIX, y con el fin de aumentar la cantidad de producción y reducir costes, el almizcle animal comenzó a ser sustituido por dos productos similares, uno de origen vegetal y otro de elaboración artificial. Estos almizcles son conocidos comercialmente como blancos (white musk) para diferenciarlos de los de procedencia animal, de color púrpura.
La angélica, el hibisco y el mimulus son tres de las plantas más utilizadas para obtener almizcle vegetal, que es empleado en la fabricación de colonias y otros productos cosméticos. El aroma de este tipo de almizcle es algo más sutil y menos duradero que el artificial o el animal.
Los almizcles artificiales son más económicos y fáciles de producir que los vegetales. De distinta composición, destacan por sus fragancias intensas, limpias y frescas. Estas cualidades odoríferas facilitan su versatilidad, logrando así multiplicar sus posibles aplicaciones mucho más allá del sector perfumero. Suavizantes, productos de limpieza, ambientadores, etc. son algunos de los nuevos usos.
Almizcle, producto perfumero estrella
Imagen: Marseille/French
Si tuviésemos que elegir uno de los ingredientes más utilizados en perfumería probablemente escogeríamos al almizcle. Se usa desde tiempo inmemorial en fragancias masculinas y femeninas. Su aroma es dulce, floral, amaderado y afrutado. Suele asociarse con los perfumes orientales más sensuales y embriagadores. Son muchos los fabricantes que incorporan alguna nota de almizcle en sus fragancias con objeto de lograr composiciones más equilibradas y cálidas.
Además de por su aroma, el almizcle es también muy valorado por sus cualidades como elemento fijador en las fórmulas. Al reducir la velocidad de evaporación de los perfumes los hace más intensos y duraderos.
Mitos y leyendas almizcleras
El almizcle siempre ha estado rodeado de un halo de misterio y exotismo. Cuentan que fue Marco Polo el que descubrió la fragancia durante uno de sus muchos viajes a Cachemira, importándola al continente europeo. En sus tierras de origen el almizcle era un producto muy valorado. Entre otras cosas se utilizaba para perfumar lugares sagrados, puesto que se pensaba que ayudaba al rezo y potenciaba la calma del espíritu. En las mezquitas, dicen, se añadía al yeso de las paredes exteriores para que desprendiesen aromas embriagadores cuando el sol las calentaba.
Al almizcle se le atribuyen propiedades afrodisíacas, algo en lo que sin duda mucho tiene que ver su singular procedencia. Junto con el sándalo y la vainilla ha sido utilizado como revitalizante sexual para las mujeres. Por este motivo, y por su uso frecuente en féminas de religiones catalogadas como paganas, en el siglo IV el almizcle llegó a ser considerado un producto anticatólico.
Al aroma del almizcle también se le otorgan propiedades mágicas. Aseguran que protege tanto del mal de ojo como de cualquier otra influencia negativa. Los curanderos árabes y tibetanos predican que el almizcle mezclado con hierbas aromáticas tiene notables beneficios para la salud. Creen que refuerza el sistema inmunitario, la circulación, el sistema respiratorio, evita las afecciones cardiacas y mejora el bienestar mental. Y en la medicina tradicional china el almizcle es utilizado para elaborar más de 300 fármacos distintos.