El Niño, un fenómeno que provoca desastres naturales y pérdidas económicas y humanas a nivel mundial, será el peor de la historia, según alertan los expertos de la NASA. Este artículo señala por qué debe preocuparnos El Niño, cómo afecta a España y qué podemos hacer para mitigar sus consecuencias.
El Niño: por qué debe preocuparnos
«El Niño de 2015 ya ha creado un caos en el tiempo de todo el mundo». Así comenzaba la NASA un comunicado reciente para advertir de que este fenómeno natural será el peor de la historia.
«El Niño de 2015 ya ha creado un caos en el tiempo de todo el mundo», según reconoce la NASAEl Niño se inicia en el océano Pacífico tropical, cerca de Australia e Indonesia, cuando se origina una anomalía de la temperatura superficial del mar y altera las condiciones atmosféricas en zonas muy distantes entre sí. José Miguel Viñas, meteorólogo y divulgador científico, explica que este fenómeno natural cíclico, aunque no periódico, se produce cada 4-5 años por término medio. Ahora bien, subraya, «eventos tan intensos como el actual ocurren mucho menos. Por los datos de satélite (en la imagen) y mediante boyas, sabemos que el actual ha superado en magnitud al de 1997-98, el último gran Niño que tuvimos en el planeta».
Mar Gómez, meteoróloga de eltiempo.es, añade que El Niño de este año continuará fuerte durante el invierno en el hemisferio norte y la primavera, pudiéndose dar una transición a una fase neutral en el verano, según las predicciones. «Por ello, también se le considera tan importante por su duración», asegura.
Las consecuencias se notarán en todo el planeta de diversas formas, alerta la NASA. La reducción de las precipitaciones en Indonesia contribuirá al crecimiento de los incendios masivos que asolan esta región, amenazando aún más la supervivencia de especies únicas como el orangután. El Niño también está implicado en las olas de calor de India, en los cambios del nivel del mar del Pacífico que dañan los arrecifes de coral, en las sequías en África del Sur, en las inundaciones en América del Sur y en una temporada de huracanes sin precedentes en el Pacífico tropical oriental. En Europa, podría darse un invierno muy frío en su zona este y en el occidente de Rusia.
Los impactos económicos y sanitarios son diversos, como el aumento de los precios de alimentos básicos como el arroz, el trigo, el café y otros cultivos, daños en infraestructuras y pérdidas de vidas humanas o el avance de epidemias.
Cómo afecta El Niño a España
«Los efectos de El Niño en España se descubrieron hace casi un par de décadas, aunque son claramente menores que en otras regiones, pero también más difíciles de predecir porque median otros procesos atmosféricos», afirma Xavier Rodó, investigador del Instituto Catalán de Ciencias del Clima (IC3) y experto en la señal de El Niño en nuestro país.
Ante las temperaturas inusualmente altas registradas en la península ibérica durante este otoño, cabe preguntarse si El Niño ha tenido algo que ver. José Miguel Viñas señala que «apuntar a que tuvo su razón de ser en El Niño es mucho pensar. A posteriori, cuando se analicen en detalle los datos, se podrá establecer algún tipo de conexión, pero lleva tiempo».
Ahora bien, como indica Mar Gómez, «que los efectos no estén claros no quiere decir que no existan, sino que no son claramente identificables». La meteoróloga de eltiempo.es apunta un estudio del Servicio Meteorológico Nacional del Reino Unido (Met Office), que asegura que El Niño afectaría a la península ibérica durante finales del verano y el otoño, impactando con temperaturas más cálidas de lo habitual entre octubre y noviembre y precipitaciones por encima de la media. «La Red Temática de CLIVAR-España (especializada en investigar el clima) está de acuerdo con ello cuando afirma que las teleconexiones asociadas a El Niño son claras en primavera y otoño», agrega Gómez.
Qué podemos hacer para reducir las consecuencias de El Niño
Los expertos consultados destacan la importancia de las medidas de prevención y mitigación para reducir las consecuencias catastróficas de El Niño. Se puede invertir en sistemas para el cuidado de cultivos, la construcción y preparación de planes de emergencia ante inundaciones y prevenciones ante sequías. Así lo hicieron durante El Niño de 1997 y 1998 en el nordeste de Brasil, donde plantaron especies resistentes al calor, o en Los Ángeles (California, EE.UU.), donde despejaron canales inundados, reforzaron diques y distribuyeron sacos de arena en áreas propensas a inundarse.
La lucha decidida contra el cambio climático sería otra forma de frenar sus consecuencias. Rodó explica que el calentamiento global afecta en particular a la temperatura de los océanos y hay teorías que predicen situaciones análogas a un Niño persistente en el Pacífico en las próximas décadas o una mayor recurrencia en paralelo a un comportamiento más errático de las fases frías (o Niñas). En cualquier caso, el investigador del IC3 subraya la complejidad del fenómeno y la necesidad de más investigaciones para conseguir respuestas claras.