La escena desoladora de enormes cementerios donde se amontonan cientos de vehículos destartalados está condenada a desaparecer. Los desguaces darán paso a lo que se conoce ya como Centros Autorizados de Recepción y Descontaminación (CARD), unos modernos recintos donde se eliminarán de la forma más respetuosa con el medio ambiente los residuos de los coches fuera de uso. Así se establece en una normativa europea que entró en vigor el pasado enero y que pretende que de aquí a 2006 el 85% del peso de un vehículo pueda reutilizarse. El procedimiento, según la norma, no debe suponer ningún coste para el usuario, pero algunas organizaciones temen que a largo plazo repercuta en el precio de venta de los coches.
Reciclaje gratuito
La normativa europea que convertirá los desguaces en Centros Autorizados de Recepción y Descontaminación (CARD), entró en vigor el pasado enero tras ser aprobada en septiembre de 2000. Esta directiva obliga a los fabricantes de coches de los quince países miembros de la UE a hacerse cargo del reciclado de los vehículos al final de su vida útil sin que ello suponga ningún coste para los usuarios.
En la actualidad, los vehículos se depositan en desguaces parecidos a enormes cementerios que no cumplen con las medidas adecuadas para proteger el entorno. Según la Agencia Europea del Medio Ambiente, en 2.000 se generaron 2,2 millones de toneladas de residuos de automóviles, de los cuales 1.800.000 fueron a parar a vertederos. El Ministerio del Medio Ambiente calcula, además, que entre 2.0003 y 2.004 habrá en España cerca de 1,6 millones de coches abandonados que tendrán que ir a la descontaminación y no a un desguace. Los cementerios de vehículos chatarra ya suman en este país cerca de 3.500.
Con la entrada en vigor de la normativa europea los propietarios de los casi 700.000 coches que año tras año se abandonan en España tendrán que enfrentarse a un fuerte endurecimiento de las sanciones hasta ahora previstas. Los Ayuntamientos, en este caso, tendrán que velar para que desaparezcan cuanto antes esos incómodos coches tirados en la vía que a veces se convierten en refugio de indigentes y hasta en foco de enfermedades infecciosas.
Limitar las emisiones de CO2
El año 2006 es el límite que se ha fijado para que el 85% del peso de un vehículo pueda reutilizarse. Hasta 2.015 esa cifra se eleva en diez puntos más. Desde el pasado enero, se prohíbe en los coches de nueva producción la presencia de plomo, mercurio, cadmio y cromo hexavalente salvo en algunas piezas como llantas, cojinetes y bombillas, entre otros. Un portavoz de la Asociación Nacional de Fabricantes de Coches y Camiones (ANFAC), lo explica así: “De lo que se trata es de ir introduciendo más elementos de seguridad. La Directiva obliga a limitar las emisiones de CO2. Además, obliga a que se utilicen elementos más reciclables”.
Sigrauto, la organización que agrupa a varias asociaciones del sector de los coches y del reciclaje, explica que en el proceso de descontaminación de los vehículos previsto en el Real Decreto sobre vehículos fuera de uso se deben retirar “como mínimo” los siguientes elementos:
- Aceites usados del motor, del diferencial y de la caja de cambios.
- Líquido de transmisión
- Aceites hidráulicos
- Líquido de frenos
- Combustible
- Líquidos de refrigeración y anticongelantes
- Fluido del sistema de aire acondicionado, depósito de gas licuado y cualquier otro fluido peligroso.
- Baterías de arranque
- Filtros de aceite y combustible
- Zapatas de freno que contienen amianto
- Componentes que contengan mercurio
100 centros en funcionamiento
Desde la entrada en vigor del Real Decreto, Sigrauto ha contabilizado 100 centros que ya están en funcionamiento y otros 240 que están tramitando su respectiva licencia. “El proceso de autorización de los CARD es competencia de las Consejerías de Medio Ambiente de las Comunidades Autónomas. En este momento se trabaja en la unificación de criterios para acelerar las autorizaciones y para que existan centros suficientes en toda la geografía nacional en el menor tiempo posible”.
Rafael Pardo, portavoz de Aedra, la Asociación Española de Desguace y Reciclaje, aclara que si bien la normativa no los sorprendió, sí creó una especie de “vacío legal” en lo que a plazos y fechas se refiere. Dice Pardo que la normativa no contempla el “período transitorio” para que los desguaces modernicen sus instalaciones y las adapten a la legislación vigente. “En este momento no están preparados todos los centros, pero la aplicación de la normativa es de obligado cumplimiento”. Como positivo Pardo destaca el hecho de que los objetivos medioambientales son “ambiciosos” y de que se logrará una reducción “en los niveles de enterramiento de residuos y en los vertederos”.
Pese a que algunas partes de un coche se consideran más contaminantes que otras, el vehículo en su conjunto, según explica Rafael pardo, se considera “un residuo peligroso” al final de su vida útil. Hasta ahora, y en ello coinciden los principales representantes del sector, no había un control exhaustivo en el reciclado de coches. “La verdad es que se hacían barbaridades; no había un control y era frecuente observar una buena cantidad de coches apilados en los desguaces”, señala Antonio Lucas, portavoz del Comisariado Europeo del Automóvil. Esta asociación, especialista en asistencia en carretera y otros aspectos de la conducción, se declara “a favor de un mayor control en el reciclaje”. Sin embargo, Lucas no oculta la preocupación de una parte del gremio, -sobre todo la que respecta a los consumidores-, de que el reciclado de vehículos y la responsabilidad que las empresas fabricantes tienen que asumir en ese sentido, repercuta tarde o temprano en el precio de los coches.
“Nosotros no creemos que el propietario tenga que pagar a mediano o largo plazo. Lo único que tiene que hacer es averiguar donde deja el coche para que se recicle”, señala Lucas. Desde Anfac, un portavoz despeja tales dudas y afirma: “Es muy difícil que el reciclado repercuta en el precio del coche. El factor precio es muy importante, y dada la competencia que existe es improbable que suban. Si echamos un vistazo, podemos comprobar que el precio de los coches siempre está por debajo del IPC”.