Las vías pecuarias, o cañadas reales, son los caminos públicos usados desde la Edad Media para la trashumancia de los rebaños. Según el Ministerio de Medio Ambiente (MMA), constituyen un valioso patrimonio natural y cultural que contribuye al tránsito ganadero y a la preservación de la flora y fauna silvestres, y pueden resultar muy útiles para usos turístico-recreativos y de desarrollo rural.
Llegaron a tener hasta 125.000 kilómetros. Hoy día, tan sólo se conservan unos 80.000En su época de mayor esplendor, estas redes pecuarias llegaron a tener hasta 125.000 kilómetros, el 1% del territorio español. Hoy día, se trata de un sistema en declive del que tan sólo se conservan unos 80.000 km., debido a la crisis de la ganadería tradicional, el abandono rural y la creciente presión humana. Durante el I Congreso Nacional de Vías Pecuarias, celebrado en mayo de 2005, se mostraron algunos ejemplos de carreteras, urbanizaciones y asentamientos suburbiales, vertederos, escombreras, vallas publicitarias o tendidos eléctricos, a pesar de tratarse de actividades prohibidas por la ley.
En este sentido, el artículo 319 del Código Penal introduce la figura del delito ecológico en bienes de dominio público, incluidas las vías pecuarias. Por su parte, la Ley 3/1995 sobre Vías Pecuarias ha supuesto «un antes y un después», según Ecologistas en Acción. Esta Ley extiende la gestión y administración de las cañadas a las Comunidades Autónomas (CCAA), aunque confiere al MMA determinadas funciones para contribuir a su conservación.
Por ello, el MMA, en colaboración con las CCAA se encuentra en un proceso de recuperación de unos 3.000 km. de vías pecuarias, para lo que destina cada año unos 800.000 euros, y cuenta con un Programa para la ejecución de proyectos de clasificación, deslinde, amojonamiento y señalización de la Red Nacional. Asimismo, los responsables del Ministerio están considerando incluir algunos tramos en Natura 2000, la red europea de espacios protegidos.
A pesar de reconocer que en la última década las acciones de recuperación se han multiplicado, Ecologistas en Acción subraya que todavía queda mucho por hacer. En su opinión, las CCAA están autorizando ocupaciones que provocan importantes alteraciones. Además, añaden, los Ayuntamientos tampoco tratan adecuadamente a las cañadas en sus planes.
Asimismo, los ecologistas hacen distinciones entre CCAA, y así, mientras Andalucía y Extremadura han avanzado bastante, Madrid, Castilla y León, Murcia, Cataluña y Valencia son las más atrasadas. En este sentido, de las 778 infracciones tramitadas en 2005 por el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) 268 provenían de la comunidad madrileña.
En el otro extremo se situaría Andalucía, que cuenta por ejemplo con el Programa «Puertas Verdes», en el que se han invertido 70 millones de euros para lograr en 2008 que las vías pecuarias puedan servir como salida natural a un espacio protegido para todos los núcleos andaluces con más de 50.000 habitantes. Los expertos ofrecen diversos consejos para conservar este patrimonio ecológico, en consonancia con los nuevos tiempos, de manera que no pasen a ser un objeto de museo:
- Potenciar sus posibilidades para el ocio, el deporte y el turismo ecológico y conectarlas con los senderos de corto o gran recorrido (GR) y las rutas turísticas de interés, como el camino de Santiago o la ruta de la Plata
- Apoyar al mundo rural, para que las sigan utilizando y conservando
- Acondicionarlas como zonas verdes próximas a los núcleos urbanos, evitando planes urbanísticos que causen su deterioro
El movimiento estacional de rebaños en busca de pastos acabó dando lugar a una tupida red que conectaba los pastos de verano en las montañas con los valles más cálidos en invierno. El origen de las cañadas se remonta a los primitivos pastores nómadas, y alcanza su esplendor con la Mesta castellana (organización ganadera y económica) en los siglos XV y XVI, gracias a la cotizada lana de la oveja merina.
Para evitar los conflictos originados por el paso de los rebaños junto a las propiedades agrícolas, su uso fue reglamentado y delimitado mediante deslindes y mojones. Asimismo, el ganado contaba en estas vías con abrevaderos, descansaderos y majadas (lugares para pasar la noche).
Dependiendo de la zona geográfica y del ancho, las vías pecuarias tienen diversos nombres. Por ejemplo, en Andalucía se les conoce como veredas de la carne; en Castilla reciben el nombre de cañada, cordel, vereda, colada, galiana o cabañil; en Aragón son cabañeras; en Cataluña, camí ramader o carreradas; en Valencia assagador reial; y en Navarra ardibideek o cabañeras.
En la actualidad, hay tres grandes sistemas de vías pecuarias: La central o segoviana, también conocida como andaluza o soriana; la occidental o leonesa; y la oriental o de la Mancha. De las 9 vías más importantes, la soriana oriental es la más larga: Recorre unos 800 km. desde Yanguas (Soria) hasta Sevilla, pasando por Ciudad Real.