Una actuación rápida sobre contaminantes como las partículas de combustión, el ozono troposférico y el metano podría ayudar a limitar, en un plazo cercano, el aumento de la temperatura mundial, y ampliar de manera significativa las posibilidades de mantener el incremento de la temperatura por debajo de 2 grados centígrados, y tal vez hasta de 1,5 grados centígrados. Esta previsión la recoge una nueva evaluación realizada por más de 50 investigadores para las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Según este documento, la protección del clima es fundamental a corto plazo para contribuir a reducir de manera considerable el riesgo del «cambio climático global amplificado», vinculado a la rápida y extensa pérdida de hielo del Ártico tanto en tierra como en el mar. Una acción rápida sobre los contaminantes medioambientales podría también reducir la pérdida de los glaciares de montaña vinculados en parte con los depósitos de carbón negro, a la vez que disminuir en dos tercios el calentamiento previsto en el Ártico en las próximas décadas.
Además, la reducción de las emisiones de carbono negro puede mejorar la salud respiratoria, reducir los ingresos hospitalarios y los días perdidos en el trabajo debido a enfermedad, indica la evaluación. Se estima que, en promedio, se podrían evitar en el mundo cerca de 2,5 millones de muertes prematuras por contaminación del aire al año para el año 2030. La agricultura también resultaría beneficiada con la disminución de la contaminación ambiental. La evaluación indica que una gran reducción del ozono a nivel del suelo podría contribuir a reducir los daños a cultivos equivalentes a entre un 1% y un 4% de la producción anual mundial de maíz, arroz, soja y trigo.
En virtud de estas conclusiones, el documento insta a realizar acciones urgentes y necesarias para reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) a corto plazo bajo un Tratado del Clima de Naciones Unidas.
Sin embargo, los investigadores también subrayan el hecho de que mientras la acción rápida de las partículas de combustión y del ozono en superficie juegan un papel principal en limitar el clima a corto plazo, una acción inmediata y sostenida para cortar el CO2 es crucial si los aumentos de la temperatura van a ser limitados en el largo plazo. De este modo, el informe insiste en que la combinación de esfuerzos en las acciones a corto plazo en el clima y las acciones a largo plazo para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero mejorarán las oportunidades de mantener por debajo de los 2 grados centígrados la temperatura global en el siglo XXI.