La energía fotovoltaica solar en España sufre una “amenaza real”, hasta el punto de haber pasado de ser líder en Europa a estar a la zaga. Así lo consideran Rocío Hortigüela y Antonio Navarro, copresidentes de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF) que integra a las cuatro asociaciones de este sector para defender a las más de 4.300 empresas, entidades y productores de energía solar fotovoltaica. Una de las posibles salidas podría venir del autoconsumo solar, que se regulará en breve gracias a un nuevo Real Decreto. Los consumidores serán los grandes beneficiados, según los responsables de la UNEF: producirán su propia energía y dependerán menos de las subidas eléctricas y los intereses de las grandes empresas energéticas.
“La mayoría de reformas normativas cargan contra la fotovoltaica”Defendemos de forma legítima nuestro sector, clave para la recuperación económica y el futuro del país, porque puede generar empleo estable prácticamente en todo el país. Intentamos también contrarrestar una amenaza real. Las medidas retroactivas contra las renovables del anterior Gobierno afectaron en un 62% a la energía solar fotovoltaica, y la moratoria renovable del actual Gobierno en enero pasado se concentra en un 44% contra nosotros. Según la legislación, los ajustes deberían repartirse entre las diferentes tecnologías eléctricas, pero en la práctica la mayoría cargan contra la fotovoltaica.
Ojalá. La Ley del sector eléctrico 54/97 estipulaba que en 2010 las renovables deberían cubrir al menos el 12% de la energía primaria. Nos quedamos en el 11,3%, y podía haber sido peor si no fuera porque fue un año especialmente lluvioso. Ahora, con dos decretos retroactivos aprobados a finales de 2010 y la moratoria renovable de hace tres meses, no habrá forma de cumplir la obligación del 20% de la Unión Europea para 2020. La peor y más cruel paradoja es que estamos a la zaga cuando España ha sido pionera en I+D de renovables, en especial en eólica y solar fotovoltaica.
Así es. Basta instalar unos paneles solares en el tejado o en sus inmediaciones para que familias, comunidades de vecinos y hasta ayuntamientos puedan generar parte de la energía eléctrica que necesitan, verter a la red la que no consumen y cambiar ese excedente por un equivalente de la red convencional. Nada más colocar las placas, se ahorra una parte significativa de las futuras subidas del precio final de la electricidad durante su vida útil, muy superior a veinte años. Al ritmo de subidas que llevamos y nos vaticinan, el autoconsumo solar aportará un ahorro cada vez más importante.
“Al ritmo de subidas que llevamos de la factura eléctrica, el autoconsumo solar aportará un ahorro cada vez mayor”El Real Decreto sobre autoconsumo solar es todavía un borrador, pero antes no había legislación al respecto. De todas las regulaciones posibles, nos gustaría la que más favorezca a los consumidores. Faltan por precisar determinados aspectos que pueden hacerlo rentable ya mismo o demorarla unos pocos meses. De cualquier forma, el futuro conduce sí o sí al autoconsumo solar.
Hasta ahora, el autoconsumo solar doméstico ha sido muy marginal. La legislación que se ultima establece una posibilidad firme, la familiar, y otra probable, la compartida, pensada más para comunidades de vecinos y entidades locales. La compartida ya está en condiciones de ser rentable en buena parte de la península. La familiar ya lo es en Canarias, y con una buena legislación podría serlo en prácticamente todo el país.
El autoconsumo solar se generalizará a muy corto plazo con el nuevo Real Decreto. Las instalaciones son relativamente sencillas y, cuando se autoricen también las compartidas, habrá muchas posibilidades. Para un autoconsumo del 30% de nuestra necesidad eléctrica, las instalaciones compartidas aportarían en la actualidad un ahorro anual de hasta el 3%. Este porcentaje se incrementará de forma significativa en los próximos ejercicios, por cuanto permitiría ahorrarse las futuras subidas de la luz.
“El modelo eléctrico será mucho más participativo y democrático gracias al autoconsumo solar”Con una legislación negativa para los consumidores se tardaría ese tiempo. Ahora bien, puede acortarse de forma significativa con medidas tan simples y aconsejables como eximir de peajes el autoconsumo, liberar los tamaños e incentivar fiscalmente las instalaciones familiares. En las próximas semanas saldremos de dudas, pero a corto plazo todos deberíamos valorar muy seriamente invertir en autoconsumo solar.
Es prematuro establecer un ritmo, pero, a medio plazo, una parte sustancial de los once millones de consumidores particulares incorporarán algún tipo de autoconsumo solar.
El autoconsumo supondrá una parte más o menos significativa del total, pero la red convencional de las grandes compañías será necesaria. Ahora bien, por primera vez en la historia de la electricidad, el autoconsumo otorgará a los consumidores cierta capacidad de interlocución. La energía solar fotovoltaica será la primera fuente de electricidad puesta directamente a disposición de los ciudadanos, sin pasar por el peaje o los intereses de las grandes empresas. El modelo eléctrico será mucho más participativo y democrático. Además, el autoconsumo reducirá de forma sustancial las pérdidas de distribución de la red, que suponen más de 2.000 millones de euros anuales.
