Los envases forman parte del día a día de las familias. Objetos que nos hacen la vida más fácil, pero que, de tan cotidianos, apenas los sentimos presentes. La investigación reciente ‘Estudio de percepción funcionalidades de los envases‘, llevada a cabo por EROSKI CONSUMER, la Confederación Española de Cooperativas de Consumidores y Usuarios (Hispacoop) y la Plataforma Envase y Sociedad (PES), ha medido la percepción del consumidor respecto a la seguridad que aportan los envases. Y, la verdad, los conocemos bien, como veremos a continuación.
Envases alimentarios: seguridad, información e higiene
Conservar y proteger. Estos infinitivos resumen los dos beneficios que mejor reconocemos al pensar en envases de alimentos y bebidas. Constituyen una barrera física que mantiene a raya el calor, el oxígeno y la luz. Como explican los responsables de Ainia Centro Tecnológico, permiten «mantener durante más tiempo y en mejores condiciones las propiedades del producto, aumentar el control del crecimiento microbiano o la oxidación».
Los envases, de paso, participan en la revolución tecnológica. Nos hacen la vida más fácil. Lo dice la PES: «Han mejorado, permitiendo que el alimento llegue al consumidor con las mismas cualidades e higiene que cuando fue envasado». Y resalta una característica más: «Nos marcan la fecha de caducidad o de consumo preferente, haciéndonos saber a los consumidores en qué estado se encuentra lo que van a consumir».
Seis de cada diez entrevistados en el estudio saben que los envases de un solo uso no se pueden reutilizar
El material también tiene mucho que decir en materia de seguridad. El 58 % de los encuestados sabe que los materiales se someten a rigurosos análisis físico-químicos que evalúan su seguridad para usarlos en contacto con alimentos. Solo un 7 % cree que los materiales de los envases alimentarios se descomponen con facilidad, alterando el olor/sabor de los alimentos. La PES responde: «Utilizados correctamente, no hay ninguna posibilidad de que sus componentes contaminen la comida que contienen».
Por último, seis de cada diez entrevistados saben que los envases de un solo uso no se pueden reutilizar. ¿Por qué? Dos de cada tres encuestados creen que es porque contienen sustancias que, por desgaste, pueden migrar al alimento o a la bebida. Error: es por motivos higiénicos. «Los envases de un solo uso más reutilizados son las botellas de plástico de agua mineral, con multitud de pliegues que dificultan que se limpien lo suficientemente bien cada vez que se rellenan», explican en la PES.
Imagen: CONSUMER EROSKI
En los envases de limpieza, lea los pictogramas
Cualquier mayor ha experimentado la dificultad de enseñar a un niño que no debe tocar ciertos productos y, menos, bebérselos. Los productos de limpieza pueden suponer un riesgo para aquellos que no son conscientes del peligro al que se enfrentan si los tocan o ingieren. El envase de limpieza tiene una función vital: proteger de conductas imprudentes. Y la mayor parte de la población es consciente.
Pero una cosa es la teoría y otra la práctica. Hace tres años se realizó una investigación para conocer el grado de conocimiento y la actitud hacia los símbolos y figuras en los envases cotidianos: el 73 % de aquellos entrevistados no leían los pictogramas de las etiquetas de los productos de limpieza, aunque son vitales para su uso con seguridad.
Leer la información puede evitar disgustos como el de hace unos años a un niño salvadoreño de 12 años, que falleció en Murcia por manipular una gran cantidad de termómetros clínicos de forma continuada. Pero primero dejemos claro qué son los pictogramas: símbolos o figuras con información sobre seguridad, forma de empleo o grado de respeto al medio ambiente de los productos de consumo cotidiano. Tienen un cuádruple objetivo: informar, aconsejar, alertar y prevenir. Y cumplirían esos fines si fueran fácilmente entendibles para todos los públicos, pero un 30 % de los encuestados no cree que estos pictogramas lo sean.
Con todo, la PES considera que los ciudadanos tienen en general poco conocimiento acerca del envase de los productos de limpieza. Hay medidas de seguridad adicionales para proteger a los niños que pasan desapercibidas: por ejemplo, cierres de seguridad o aguardar un determinado tiempo para que las cápsulas hidrosolubles empiecen a disolverse. Incluso un 28 % de los encuestados no se cree que estas medidas existan.
Evitar el fraude en medicamentos
Nueve de cada diez participantes en esta muestra creen que los envases de medicamentos son imprescindibles frente al fraude. La PES asegura que los medicamentos falsos son un problema de salud pública: «Más aún cuando se compran por Internet». Y recuerda: «Existen diversas medidas para evitar el fraude, y todas están enfocadas en el envasado». Una es la traducción al braille para evitar accidentes. Y también el prospecto aporta seguridad. La PES lo explica: «La etiqueta del envase no es suficiente, por lo que se incorporó el prospecto que abarca todo lo que debe conocer el consumidor-paciente antes de tomar el medicamento en cuestión».Pero ¿es demasiada información? Porque una cosa es tenerla y otra interpretarla. Un 31 % de los encuestados no cree que el paciente-consumidor conozca y sea capaz de entender todos los datos del envase. El objetivo, claro está, sería alcanzar la comprensión total.