Un iceberg del tamaño de Luxemburgo se ha desprendido de la lengua del glaciar Mertz, en la Antártida, tras recibir el violento choque de otro bloque de hielo gigante a la deriva. Aunque durante las últimas semanas se han registrado casos de otros grandes icebergs, no son comparables en sus dimensiones a este caso.
La comunidad científica calcula que estas colisiones sólo se dan cada 50 ó 100 años. Creen, además, que el fenómeno tiene tanta fuerza que puede afectar a la circulación de los océanos y disminuir el nivel de oxígeno de las aguas en todo el mundo y, en consecuencia, afectar a la meteorología. Este desprendimiento no se ha producido por causa del cambio climático, sino por los movimientos naturales de las capas de hielo, explican. Sin embargo, están preocupados por el efecto de este desplazamiento masivo de hielo en las corrientes oceánicas.
Ambos icebergs flotan ahora juntos a la deriva a unos 150 kilómetros de la Antártida, después de que chocaran el pasado 12 de febrero, según el geólogo Neal Young, de la Australian Antarctic Division. El más grande, el último en desprenderse, mide 2.500 kilómetros cuadrados, más o menos el tamaño de Luxemburgo, y pesa 860.000 millones toneladas. Alberga la equivalencia de una quinta parte del total de agua que cada año se usa en el mundo. El segundo, el que provocó el choque, tampoco es pequeño. Pesa 700.000 millones de toneladas. Los bloques se moverán hacia el oeste a lo largo de la Antártica, apuntó Young. Como son muy lentos, no espera que lleguen hasta Australia, añadió.
El desprendimiento de este iceberg es uno de los mayores registrados en los últimos años. En 2002 un iceberg de unos 200 kilómetros se separó de la plataforma antártica Ross. Otro iceberg del tamaño de Singapur se separó en 2007 del glaciar Pine Island en la Antártida Occidental.