La Antártida se resquebraja. El puente de hielo que unía la plataforma Wilkins con la Península Antártica se ha roto, dejando la enorme capa helada, del tamaño de Jamaica, sin sujeciones y más cerca de desintegrarse. Las imágenes enviadas por el satélite Envisat de la Agencia Espacial Europea (ESA) revelan cómo este puente de hielo, de 40 kilómetros de largo, se ha hecho añicos en su parte más estrecha, de unos 500 metros.
La plataforma Wilkins, situada en la parte occidental de la Península Antártica, ha sufrido un fuerte retroceso desde 1990. Precisamente, ese puente de hielo ahora fracturado era una importante barrera para mantener en su sitio lo que quedaba de la estructura de la placa. Ahora, el hielo tiene vía libre para moverse entre las islas Charcot y Latady (hasta donde llegaba el puente desde el continente helado) y llegar a océano abierto.
Estos no son los primeros síntomas de colapso de la Wilkins. Según datos de la ESA, el año pasado la placa helada perdió unos 1.800 kilómetros cuadrados de superficie, el 14% de su tamaño. A finales de febrero de 2008, se desprendieron en pocos días 425 kilómetros cuadrados, y poco más de dos meses después, otros 160 kilómetros cuadrados más.
El pasado febrero, los investigadores que viajaban a bordo del buque «Hespérides» ya advirtieron de que los 14.000 kilómetros cuadrados de la plataforma Wilkins estaban cuarteados y empezaban a fragmentarse progresivamente.
Todo ello es consecuencia del calentamiento global. Los expertos recuerdan que en los últimos 50 años el calentamiento en la Península Antártica ha estado en torno a los 2,5 grados centígrados, mientras que en el resto del continente helado la temperatura ha subido medio grado centígrado.