Los incendios forestales han aumentado en España, en su mayor parte son provocados y la mayoría de los culpables queda libre. Asismismo, la falta de transparencia o la escasez de planes de gestión y prevención de las administraciones públicas tampoco ayudan. Estos y otros datos de diversos informes y expertos destacan la alarmante situación de estos siniestros, cuyas consecuencias van más allá de la extinción del fuego. Este artículo explica seis datos preocupantes sobre los incendios forestales en España.
1. Aumentan los incendios forestales, su intensidad e impacto
España sufre 16.500 incendios forestales al añoEl número de incendios forestales ha aumentado en los últimos años. La organización conservacionista WWF señala en su reciente informe «Bosques vulnerables a grandes incendios« que suceden 16.500 siniestros al año. Hace tres años, WWF apuntaba en otro estudio que la media era de 15.391 fuegos cada año. El más reciente de WWF también asegura que ha aumentado la intensidad y el impacto, por la especial incidencia de los Grandes Incendios Forestales (GIF) (de más de 500 hectáreas): en 2012, el 0,2% de los incendios quemó el 64% de la superficie total afectada. En los últimos años, de media, en el 0,2% de los incendios ardió el 41% de la superficie total.
El informe «España en llamas«, de la Fundación Ciudadana Civio, una ONG que realiza aplicaciones informáticas para facilitar el acceso a información pública, indica que entre 2001 y 2011 se quemaron 1.239.524 hectáreas (mayor que la superficie conjunta del País Vasco y La Rioja).
2. El ser humano provoca la mayoría de los incendios
Tras la mayoría de los incendios forestales se encuentran los seres humanos, aunque los porcentajes varían según las fuentes consultadas. Luis Díaz Villaverde, presidente de la Asociación Profesional de Agentes Medioambientales de Castilla-La Mancha (APAM-CLM), asegura que «más del 90% son provocados directa o indirectamente, ya sea con intención o por negligencia».
El estudio «España en llamas» indica que la mano del hombre ha estado detrás del 88% de los 187.239 fuegos ocurridos en España entre 2001 y 2011, y el 55% con un origen intencionado. Este estudio se basa en la Estadística de Incendios Forestales (EGIF) del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA), que carece de datos concluyentes en el 37,10% de los siniestros de dicho periodo. Sus responsables contemplan 25 motivaciones diferentes como origen de los incendios intencionados, de los que la principal (26,91%) se debe a la acción de campesinos eliminando matorral y residuos agrícolas.
WWF afirma que el 96% de los siniestros se provoca de forma directa o indirecta. En el caso de los GIF, el 47% son intencionados, el 11% por un rayo, del 15% se desconoce la causa y el resto por negligencias y accidentes, en especial, por líneas eléctricas.
3. La mayor parte de los culpables queda libre
El informe de Civio investiga las 325 sentencias a 393 personas por la autoría de 420 fuegos entre 2007 y junio de 2013. De 295 condenados por la vía penal, solo ocho acumularon penas superiores a dos años para ingresar en prisión. Un vecino de Villamarchante (Valencia) recibió la condena más alta (nueve años) por un incendio intencionado en 2011 que quemó 194 hectáreas y causó numerosos estragos en propiedades y cultivos. Por su parte, 32 se beneficiaron del atenuante por alteración psíquica (22 de Galicia) y otros 12 por grave adicción a estupefacientes o alcohol. Respecto al tiempo transcurrido entre el incendio y la sentencia, la media está en dos años y medio, que aumenta a los cinco años y siete meses cuando se juzga responsabilidad penal por GIF.
Según Díaz Villaverde, los recortes económicos han provocado que este año además «muchos incendios se han dejado de investigar. Se puede decir que la Administración favorece así que presuntos delitos queden impunes». Modesto Píriz, del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona), también reconoce que muchos quedan impunes, «porque aunque se averiguan las causas, no se localiza al causante».
4. Falta de datos públicos transparentes y sistematizados
La información sobre presupuestos en prevención, extinción e investigación de incendios forestales compete a las comunidades autónomas, que deben ofrecerla por ley de manera pública. Sin embargo, los autores de «España en llamas» se quejan de la falta de transparencia: «Las únicas administraciones que han enviado toda la información para 2001-2013 han sido Castilla y León, Extremadura y Murcia«.
Los responsables del informe también destacan que «ni los Ministerios Fiscal, de Justicia o de Interior cuentan con bases de datos sistematizadas sobre el asunto que compilen los fallos judiciales y las investigaciones policiales del conjunto del país para esclarecer el perfil sociológico y criminal del incendiario».
5. Escasez de planes de gestión y prevención
El estudio de WWF señala que «el abandono del medio rural y el cese de las actividades forestales, así como la ausencia de planificación -solo el 13,1% de la superficie forestal nacional cuenta con planes de gestión- han convertido los montes en un polvorín«. Además, según este informe, el 60% de los GIF suceden en zonas donde la especie dominante ha sido introducida o potenciada, formando masas más o menos homogéneas. El secretario general de WWF España, Juan Carlos del Olmo, sentencia que «gastamos mucho en apagar incendios y muy poco en evitar que se produzcan. Las inversiones en prevención y en extinción de incendios deberían ir en paralelo».
6. Galicia y Asturias, las comunidades más afectadas
En Galicia (76%) y Asturias (18%) se ubican el 94% de las localidades donde más cantidad de fuegos se desencadenan, según el informe de Civio. A Cañiza (Pontevedra) y Llanes (Asturias) encabezan los cien municipios más afectados por el número de siniestros: 1.429 entre 2001 y 2011, un promedio de 2,5 por semana.