Reduce la contaminación y la basura en vertederos, evita la extracción de nuevas materias primas, ahorra energía y lucha contra el cambio climático, posibilita la creación de nuevos productos, mantiene puestos de trabajo “verdes”, e incluso, puede salvar vidas. Seis motivos más que suficientes para reciclar. Nunca un gesto tan sencillo tuvo tantas ventajas para el medio ambiente, la economía y la salud.
Reduce la contaminación y la basura en vertederos
Por cada tonelada de papel reciclado se salvan entre cinco y diecisiete árbolesArrojados de forma incontrolada a la naturaleza, los residuos, algunos de ellos peligrosos, pueden causar graves daños en la flora y la fauna y contaminar ríos y acuíferos. Además de impedir que acaben de esta forma, el reciclaje evita que estos residuos acaben en vertederos, cada vez más saturados. Los datos de algunos de los tipos de reciclaje más habituales son elocuentes:
- Reciclar 3.000 botellas de vidrio evita 1.000 kilos de basura y reduce la contaminación del aire en un 20%.
- Reciclar papel y cartón reduce en un 74% la contaminación del aire y en un 35% la del agua. Por cada 133 toneladas de papel recicladas se ahorra en vertedero un espacio equivalente a una piscina olímpica.
Los residuos orgánicos, separados de forma correcta, pueden aprovecharse para compostaje y evitar el uso de abonos industriales nitrogenados, cuyo uso intensivo ha resultado perjudicial para el medio ambiente.
Evita la extracción de nuevas materias primas
La necesidad de nuevas materias primas para crear productos disminuye al reciclar los residuos:
- Al fundir vidrio usado y darle nueva forma se ahorra un 93% de materiales.
- Por cada tonelada de papel reciclado se salvan entre cinco y diecisiete árboles y se ahorran entre 21.000 y 50.000 litros de agua.
- Dos toneladas de plástico recicladas ahorran una tonelada de petróleo.
- Una tonelada de aluminio reciclado evita la extracción de cuatro toneladas de bauxita, el mineral del que se obtiene este metal.
Ahorra energía y lucha contra el cambio climático
El proceso de extracción, elaboración y transporte de nuevas materias primas supone también el uso intensivo de energía, obtenida en su mayor parte con combustibles fósiles. El reciclaje utiliza menos energía: cada botella de vidrio reciclada evita consumir la electricidad que necesitaría una bombilla de 100 vatios durante cuatro horas.
Al reducir el consumo energético, el reciclaje también contribuye a luchar contra el cambio climático. Un kilo de papel reciclado evita la emisión de 900 kilos de dióxido de carbono (CO2), uno de los principales gases de efecto invernadero.
Posibilita la creación de nuevos productos
Los materiales provenientes del reciclaje se pueden utilizar para nuevos productos. Los envases de plástico dan lugar a bolsas, fibras, mobiliario urbano o material de construcción; el aluminio y el acero sirven para nuevos envases y láminas; el papel y el cartón se convierten en cajas, periódicos, papel de embalar o de escribir; y del vidrio se obtienen nuevas botellas y objetos.
Los materiales reciclados pueden convertirse en el mismo envase del que provenían, como el vidrio, o en productos muy distintos. Las latas de refresco pueden dar lugar a una llanta de coche, los tetra bricks a una caja de zapatos y las botellas de plástico PET, a un forro polar.
Mantiene puestos de trabajo «verdes»
El sistema de reciclaje da trabajo a miles de personas que se encargan de su correcto tratamiento. Ecovidrio y Ecoembes son las sociedades sin ánimo de lucro que en España gestionan el vidrio y los envases ligeros (plástico, latas y bricks) usados, respectivamente.
Puede salvar vidas
Un 10% de los ingresos en urgencias hospitalarias se deben a un mal uso de los medicamentos. Por ello, el sistema de reciclaje de los mismos también sirve para concienciar a los ciudadanos de que se deben cumplir bien los tratamientos y huir de la automedicación.