El verano se acabó, pero para cada vez más personas es motivo de alegría, porque el otoño es una de las estaciones más populares para la recogida de setas. España posee además una gran cantidad de zonas con las especies más diversas y apreciadas por los amantes de la micología. Ahora bien, antes de salir a por estos deliciosos manjares, conviene tener presentes unos cuantos conocimientos básicos que aumentarán las posibilidades de disfrutar de una buena jornada setera y evitar sustos innecesarios. Este artículo señala siete consejos para ir a por setas.
1. Planificar bien la salida
Las setas se encuentran en la naturaleza, que en ocasiones es imprevisible. Por ello, conviene planificar bien la salida para evitar sustos y poder sobreponerse a posibles contingencias. Informarse de la previsión meteorológica, intentar ir con otras personas (a poder ser expertos o con conocimientos avanzados de micología), avisar a algún familiar o conocido del lugar y tiempo que se estará fuera, o conocer el terreno y las condiciones del lugar deberían estar en las tareas previas de cualquier aficionado.
2. Llevar la ropa y los complementos adecuados
España posee gran cantidad de zonas con las especies de setas más diversas y apreciadasAl igual que cuando se va al monte o de senderismo por parajes naturales, al ir a por setas es recomendable ataviarse de forma adecuada a las condiciones del terreno y del tiempo. La ropa especial de naturaleza con el sistema de capas mantiene la temperatura corporal de forma confortable y evita la humedad u otras inclemencias externas. Las botas de monte pueden evitar torceduras, resbalones o que se calen los pies si llueve. Una visera o gorro, pañuelo o braga y gafas de sol protegen mejor del viento, sol o lluvia. Aunque vayamos a pasar solo un día, una mochila con lo más básico, como alguna capa de ropa, agua o alimento harán más llevadera la jornada. Y un teléfono inteligente, cargado al máximo antes de salir, puede servir para llamar a emergencias si ocurre algún percance e incluso orientarnos.
3. Localizar los mejores sitios para encontrarlas
Comunidades autónomas y provincias como Cataluña, Castilla y León, Navarra, Málaga, Huelva o Asturias destacan como lugares relevantes de recolección de setas. No obstante, en otros espacios naturales también se pueden encontrar zonas excelentes. Una vez en el terreno, conviene conocer los lugares donde hay más ejemplares y más variedad de especies, como robredales y castañares, hayedos, encinares y alcornocales, pinares, prados, pastos y eriales.
4. Conocer bien las especies más apreciadas
Los hongos y setas son una familia con miles de especies. Sin embargo, no hace falta conocerlas todas si solo se las quiere para que acaben en la mesa. Los expertos destacan unas pocas especies de alto valor gastronómico que pueden encontrarse en España. Los boletus edulis y aereus (Hongo blanco y negro), la amanita cesárea (Amanita de los césares o yema de huevo), la cantharellus cibarius (Rebozuelo), la lactarius deliciosus (Níscalos), la tuber melanosporum (Trufa negra), la agrocybe aegerita (Seta de chopo), la amanita Ponderosa (Gurumelo) o la calocybe gambosa (Perretxiko) son auténticos manjares.
Dichas especies deberían ser por tanto las primeras en conocerse a fondo. En caso de duda (algunas especies pueden confundirse con otras venenosas), es mejor no cogerlas y dejarlas como y donde están. Para aumentar la seguridad, se puede acudir luego a una sociedad micológica cercana o a algún experto que determine la especie.
5. Recogerlas y transportarlas sin dañarlas
El impacto que sufre la naturaleza en general, y el aumento de esta afición, han puesto en peligro a algunas populares especies de setas. Por ello, se recomienda recogerlas de forma moderada, porque son un recurso limitado y vital para el bosque, y se trata de alimentos muy perecederos.
A la hora de recolectarlas, es importante extraer toda la seta con el pie completo, limpiarla lo mejor posible y transportarla en una cesta de mimbre (evitar siempre las bolsas de plástico para que no se pudran). No hay que recoger ejemplares inmaduros, viejos o agusanados, ni los que se encuentren junto a carreteras, jardines públicos, minas, fundiciones, aeropuertos o incineradoras, porque pueden estar contaminados.
6. Aprovechar las nuevas tecnologías
Los aficionados a las setas se pueden aprovechar de las enormes posibilidades de información que ofrecen las nuevas tecnologías. En Internet se puede encontrar muchas páginas web con todo tipo de datos sobre las especies o contactar con las sociedades micológicas. Los teléfonos móviles ofrecen aplicaciones interesantes para distinguir entre las especies comestibles y venenosas, o para encontrar y guardar los mejores sitios.
7. Saber prepararlas y conservarlas bien
Una vez en casa es recomendable consumirlas lo antes posible para disfrutar de sus propiedades. Para sacarlas el máximo rendimiento hay una gran cantidad de recetas de todo tipo. Si no es posible consumirlas al momento, se pueden conservar con algún método idóneo.