Las vacaciones de verano son para descansar y disfrutar, pero se puede hacer de manera sostenible. Un consumidor concienciado lo es todo el año y en todo momento, y más si cabe si se va a un espacio natural protegido donde el impacto ambiental puede ser aún mayor. Además, las prácticas respetuosas con el entorno pueden ayudar a ahorrar dinero. Este artículo ofrece siete consejos para disfrutar de unas vacaciones lo más respetuosas posibles con el medio ambiente.
1. Ir a espacios naturales sin dañarlos
España posee un gran atractivo turístico en cualquiera de sus facetas naturales: 3.000 playas repartidas de norte a sur, cientos de espacios naturales protegidos -es el país con más reservas de la biosfera del mundo-, la mayor biodiversidad de Europa, etc. Sea cual sea el lugar elegido, es imprescindible comportarse de manera respetuosa con el entorno: no hacer fuego, no arrojar residuos y recogerlos para su reciclaje, no alterar las condiciones del entorno, no introducir especies invasoras ni llevarse flora o fauna local, etc.
2. Elegir el medio de transporte más ecológico
Las vacaciones de verano son momento para divertirse, pero sin olvidar reducir, reutilizar y reciclarEl impacto ambiental de viajar puede ser mayor o menor en función de cómo se haga. Utilizar transporte público como autobuses o trenes es la mejor opción. El avión se debería dejar para viajes muy largos, aunque siempre queda la posibilidad de compensar las emisiones de CO2 causadas por el viaje. Si no se puede evitar el vehículo privado, al menos se puede asumir una conducción eficiente, como hinchar bien las ruedas, mantener una velocidad adecuada, no abusar del climatizador, etc., que reduce las emisiones contaminantes y el gasto.
3. Contratar un alojamiento respetuoso con el medio ambiente
El turismo ecológico, o ecoturismo, ofrece una alternativa cada vez más variada a los destinos convencionales con un trato personalizado y sostenible: productos ecológicos, respeto a la naturaleza, utilización de sistemas renovables y de eficiencia de los recursos naturales (en especial agua y energía), reciclaje, etc.
Un criterio para elegir un establecimiento de ecoturismo es guiarse por los certificados específicos, como Bio-Hotels, EMAS o el Ecolabel europeo. Asimismo, los hoteles rurales emplearán el distintivo de las «estrellas verdes«, y entre los criterios para establecer su número se encuentra el medio ambiente y la sostenibilidad.
Otra opción es albergarse en un hotel convencional que tenga una política ambiental asentada. Es habitual que en las páginas web de estas empresas se destaque este compromiso. Pero también en el momento reservar se puede preguntar a sus encargados. Cuantos más consumidores exijan criterios sostenibles, las compañías tendrán más en cuenta este principio.
4. Apuntarse de voluntariado ambiental
Diversas ONG e instituciones ofrecen programas de voluntariado ambiental en toda España. Además de sentirse útiles y concienciar a la sociedad de las necesidades del medio ambiente, los voluntarios ambientales conocen a personas interesantes comprometidas con el entorno y ahorran el dinero de un destino turístico convencional.
La oferta es cada vez más variada: conservación del hábitat de especies amenazadas, recuperación de zonas degradadas, seguimiento y censos de especies, información a los visitantes de un espacio natural, etc. Lo mejor es contactar con los responsables de estas ONG ambientales y de las instituciones del lugar en el que se reida para conocer más información. Y si no se organiza nada al respecto, reclamarlo como ciudadano concienciado.
5. Quedarse en casa y disfrutar de nuestro entorno
La forma más sencilla de ser ecológicos en vacaciones, y de paso ahorrar dinero, es no salir fuera del entorno habitual. De esta manera, se evita el impacto ambiental causado por el transporte, en especial del vehículo privado. Cada vez son más las propuestas ambientales que ofrecen las ciudades si se sabe buscar la información adecuada. Las instituciones locales y provinciales o las ONG ambientales pueden aportar más datos al respecto. Además, se puede disfrutar de lugares o actividades que de forma cotidiana no es posible.
6. Reducir, reutilizar y reciclar, también en vacaciones
Las vacaciones son un momento para divertirse, descansar, cambiar de aires, conocer nuevos sitios y costumbres, otras gentes, pero no implican que haya que olvidarse de las tres erres clásicas de la conducta ecológica: reducir para emplear solo lo necesario, en especial recursos básicos como el agua, la energía o los alimentos; reutilizar los productos para darles una mayor vida; y reciclar para aprovechar los materiales, más aún si se está en espacios naturales donde el impacto ambiental puede ser mayor.
7. Antes de salir de casa, también ecológicos
La conciencia ecológica no debe abandonar el hogar en vacaciones. Al salir de casa conviene asumir unos cuantos consejos que nos ayudarán a conservar el medio ambiente y, de paso, a ahorrar dinero: desenchufar los aparatos electrónicos, revisar la nevera, apagar el calentador, observar los grifos, no dejar basuras, evitar saturar el buzón, no abandonar las mascotas, etc.