Bellos atardeceres, grandes panorámicas, seres vivos en su estado puro… Los fotógrafos de naturaleza profesionales son capaces de conseguir imágenes espectaculares. Llegar a esos niveles es difícil, pero no imposible si se siguen unos cuantos consejos que al menos servirán para sacar buenas fotos y disfrutar de los espacios naturales.
1. Llevar un equipo adecuado
Un equipo fotográfico adaptado a las condiciones del entorno puede conseguir buenos resultados. No se trata tanto de comprar sofisticados y costosos equipos profesionales, sino más bien de llevar el material adecuado.
El mercado ofrece una gran variedad de cámaras con buenas relaciones calidad-precio de tipo réflex, o híbridas, que combinan los elementos de una compacta y una réflex.
La naturaleza nos puede sorprender con un regalo en forma de fotografía únicaLos grandes paisajes requieren un objetivo gran angular, con una distancia focal pequeña de entre 16 mm y 24 mm. Si se quiere fotografiar objetos o seres vivos a distancia, se necesitarán objetivos de gran alcance, como un 300 mm. Algunos objetivos zoom cuentan con varias posiciones, como los 28-30 mm.
Otros elementos recomendables son: un trípode, para conseguir mejores tomas de paisajes; filtros para proteger el objetivo o bien para diferentes efectos de luminosidad; un disparador remoto para evitar vibraciones en la cámara; o un equipo de GPS o geoposicionamiento para ubicar, buscar o reencontrar los lugares idóneos de las fotos.
2. Realizar una buena composición
La fotografía de paisaje debe captar de forma nítida los planos cercanos y lejanos mediante grandes profundidades de campo. Para ello, el diafragma de la cámara deberá estar lo más cerrado posible, con un mayor tiempo de exposición. Al entrar menos luz, el trípode será un buen aliado para evitar fotos movidas. También se puede subir la sensibilidad ISO, si no se cuenta con dicho elemento, pero la imagen tendrá más «ruido» (con más grano). Para instantáneas en movimiento o que solo se quiere resaltar lo que hay en primer plano, habrá que abrir el diafragma para «cazar» al protagonista en detrimento del fondo.
La línea del horizonte no sebe colocar en mitad del encuadre, sino que hay que aplicar la regla de los tercios: si el cielo es lo que destaca, hay que darle dos tercios del espacio de la imagen, y si no lo es, un tercio.
Otro truco para que el espectador perciba mejor la grandiosidad de un espacio es añadir un elemento cuyo tamaño se conoce, como una persona por ejemplo.
En cuanto al sistema de fotografiado, es preferible utilizar archivos RAW en vez de JPG para lograr una mejor calidad y tener más posibilidades de procesado.
3. Buscar diferentes puntos de vista
Además de la típica toma de pie a la altura de los ojos, es recomendable buscar otros puntos de vista. Desde el suelo o en algún lugar elevado, el resultado ofrecerá diferentes sensaciones. También es importante asegurarse de que el horizonte está bien nivelado.
4. Conocer el tiempo y la hora del día
Antes de salir a hacer fotos es esencial conocer el tiempo atmosférico, para decidir si se quieren hacer con sol, lluvia, tormenta, etc. Asimismo, la mejor luz para tomar imágenes de paisajes se tiene al amanecer o al atardecer. Si se desean otro tipo de instantánes con otros efectos, la hora del día es esencial, como por ejemplo, para fotografiar animales nocturnos.
5. Prepararse para salir a la naturaleza
La naturaleza no es un estudio en el que se tiene todo controlado. Además del equipo fotográfico básico, hay que llevar los elementos imprescindibles para salir a un espacio natural y tener cuidado con las condiciones atmosféricas, los seres vivos, etc. Al menos tan importante como saber hacer fotos es conocer el espacio natural donde se quieren tomar, cómo funciona su ecosistema y sus habitantes. De esta manera, las posibilidades de lograr grandes instantáneas aumentan de forma considerable.
6. Conservar bien el material fotográfico
El equipo fotográfico no se encuentra en plena naturaleza con las mejores condiciones para su conservación precisamente. La lluvia, el agua, la humedad y los cambios bruscos de temperatura pueden dañar el equipo y las imágenes. Por eso, es recomendable pensar en llevar fundas y otros sistemas de protección.
7. Tener paciencia y constancia
La naturaleza no posa a nuestro antojo, así que hay que armarse de mucha paciencia. Pueden pasar horas, días, hasta que se dé con el momento idóneo del paisaje o el ser vivo que se quería retratar. Y puede que en más de una ocasión no se logre y, por ello, habrá que perseverar hasta conseguirlo. Pero también puede pasar que la naturaleza nos sorprenda y obtengamos un regalo inesperado en forma de fotografía única.