La naturaleza es espectacular todo el año, pero el colorido de la primavera hace que apetezca más salir a disfrutar de ella. Ir a ciudades que se vuelven más bonitas en esta estación, recolectar setas de temporada, plantar nuestras propias verduras en un huerto urbano, etc. Las posibilidades son muy diversas. Este artículo ofrece siete planes de naturaleza que tienen un mayor atractivo en primavera.
1. Viajar a ciudades especialmente bonitas en primavera
En primavera se celebran algunos de los días mundiales ambientales más destacados del añoTodas las ciudades tienen su encanto y sus espacios naturales donde la primavera se muestra en todo su esplendor. Ahora bien, para los más viajeros puede ser una buena idea esperar a dicha estación para recorrer urbes que por sus características son especialmente bonitas tras el paso del invierno o tan solo porque las condiciones meteorológicas son más favorables y se reducen las masificaciones de turistas. A modo de ejemplo, ya que los siguientes nombres no pretenden convertirse en un listado exhaustivo, merece la pena ir a Ámsterdam (Países Bajos) y sus jardines, como los de Keukenhof; Budapest (Hungría), sus islas, su recorrido por el Danubio o sus festivales al aire libre; la zona de Provenza en Francia, cuyos colores inspiraron a pintores como Van Gogh o Cézanne; el Algarve en Portugal por sus costas, sus pueblos y sus temperaturas suaves; etc.
2. Ir a por setas de temporada
España tiene una gran variedad y tradición micológica, en especial en comunidades autónomas y provincias como Cataluña, Castilla y León, Navarra, Málaga, Huelva o Asturias. Algunas de sus especies se pueden encontrar en ciertas épocas del año. En el caso de las setas de primavera, las más apreciadas son el níscalo, la colmenilla, el marzuelo, las senderuelas o el perrechico. Al igual que el resto del año, conviene seguir unos consejos para disfrutar de una buena jornada setera y evitar sustos innecesarios.
3. Iniciarse en un huerto urbano
En primavera los días empiezan a ser más largos y las condiciones meteorológicas más propicias para trabajar en un huerto urbano. Cada vez más personas se animan a ello, por las satisfacciones que ofrece: entrar en contacto con la naturaleza, tener una afición saludable, cultivar y saborear sus propias frutas, verduras y hortalizas o ahorrar dinero en la compra. Las posibilidades son cada vez más diversas: los hay promovidos por instituciones municipales; de carácter privado en el que se pagan el alquiler de espacio y los materiales; en los centros escolares para que los niños aprendan y recolecten verduras; o de pequeño tamaño para poderlos instalar en nuestra propia casa.
4. Celebrar los días mundiales de la estación
En primavera se celebran algunos de los días mundiales relacionados con la naturaleza y el medio ambiente más destacados del año. Por tanto, es un buen momento para salir a la calle y concienciarse sobre la importancia de cuidar nuestro entorno e involucrarse en ello. Así que en la agenda deberían apuntarse las siguientes fechas: el 22 de abril, Día de la Tierra; el 17 de mayo, Día Mundial del Reciclaje; y el 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente.
5. Hacer una escapada de turismo ecológico
El turismo ecológico, o ecoturismo, es cada vez más variado en número de iniciativas y propuestas para todo tipo de públicos: especializado, sobre todo el de tipo ornitológico como el «birdwatching» o de observación de aves, aunque también por otras especies; físico, para amantes del deporte de naturaleza y aventura, como el alpinismo, el trekking, etc.; familiar, para personas que combinan la naturaleza con la cultura, la gastronomía, etc.; y de esparcimiento, para quienes buscan lugares del entorno rural, rodeados de naturaleza, para descansar.
6. Recorrer el Camino de Santiago o al menos una parte
El Camino de Santiago reúne elementos que atraen a cientos de miles de peregrinos: fe, cultura, historia, arte, gastronomía, deporte y también naturaleza. La primavera puede ser un buen momento para recorrerlo por completo o, al menos, alguna parte y dejar el resto para cuando se pueda, a pie o en bicicleta. El más importante y popular de las variantes, el Camino Francés -que une Saint Jean de Pied de Port (Donibane Garazi) con Santiago de Compostela-, ofrece una naturaleza con un bello contraste de paisajes.
7. Visitar alguna reserva de la biosfera
Las reservas de la biosfera son una iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) para unir la conservación de la biodiversidad, el desarrollo sostenible y la investigación científica de determinadas zonas terrestres y marítimas. Tras la última actualización de la lista, España se ha convertido en el país con más reservas de la biosfera del mundo, con un total de 48 áreas protegidas. Por tanto, disponemos de una gran variedad cerca de casa, ya que todas las comunidades autónomas cuentan al menos con una en su territorio. La más reciente es la reserva del Tejo/Tajo (que comparte con Portugal), que transcurre por el río que le da nombre.