La tecnología “vehículo a red” (Vehicle to Grid, V2G en sus siglas en inglés) propone sacar el máximo rendimiento a las baterías de los coches eléctricos para beneficiar tanto a los consumidores como a las empresas eléctricas. Los consumidores podrían vender a la red la electricidad que no necesitaran, y las empresas ganarían así más capacidad para hacer frente a picos de demanda. Las ventajas de este sistema están siendo estudiadas por varias compañías, grupos universitarios, e incluso una isla danesa quiere extenderlo a todos sus habitantes.
Uno de los problemas clave de la energía es su almacenamiento: la oferta y demanda eléctrica no son homogéneas, por lo que las compañías a veces han de guardar la energía que les sobra y en otras ocasiones necesitan un aporte extra para cubrir picos de demanda de sus clientes.
Las baterías de los vehículos eléctricos o híbridos podrían convertirse en suministradores y almacenes energéticosAnte este panorama, las baterías de los vehículos eléctricos o híbridos podrían convertirse en suministradores y almacenes energéticos. Los consumidores podrían vender a la red general la electricidad que no necesitaran de sus automóviles: se estima que la mayoría de los coches se encuentran aparcados de media un 95% del tiempo. Por su parte, las compañías eléctricas contarían con depósitos extra en caso de necesidad y podrían asegurar el suministro en momentos de más demanda. El sistema V2G sería por tanto bidireccional: cuando las baterías de estos vehículos necesitaran ser recargadas, la red podría suministrar la electricidad.
El consumidor incluso podría utilizar el sistema V2G en caídas o cortes de la red. El diario The New York Times cita el caso de un ciudadano de Florida que, tras un corte de luz, conectó su vehículo híbrido a la red de su casa, lo que le permitió encender de nuevo las bombillas y la nevera.
Las energías renovables también serían otras grandes beneficiarias de la tecnología vehículo a red. Fuentes como la solar o la eólica no son constantes; a veces producen demasiada energía, que se desaprovecha, y en otras no generan energía, por lo que dejan de abastecer a sus usuarios. Así, las baterías de los coches eléctricos o híbridos podrían almacenar también la electricidad generada por estas fuentes renovables.
Imagen: Dan McKayY por supuesto, los defensores de este sistema subrayan que serviría para generalizar los coches eléctricos y sustituir los basados en combustibles fósiles. En tal caso, la salud de los ciudadanos y el medio ambiente en general saldrían también beneficiados.
Los expertos en V2G señalan tres posibilidades de este sistema:
- Vehículos híbridos o de célula de combustible que producirían energía para picos puntuales de la red. Se trataría así de un sistema de generación distribuida cuya electricidad procedería de combustibles fósiles o hidrógeno.
- Vehículos eléctricos o híbridos que utilizarían la capacidad extra de sus baterías para vender esta electricidad a la red. Por otra parte, se abastecerían de la red en momentos en que la electricidad fuera más barata, como la noche, aprovechando también el exceso energético de la red.
- Vehículos solares que ofrecerían a la red su energía extra cuando su batería estuviera al 100%. De esta manera, se convertirían en pequeñas estaciones de energía renovable.
Proyectos destacados
Algunas compañías eléctricas han puesto en marcha proyectos de V2G interesantes. La Pacific Gas and Electric Company (PG&E), con sede en San Francisco (EE.UU.) está utilizando varios Toyota Prius de su propiedad en un sistema V2G en el campus de Google, en Mountain View, California. Por su parte, Xcel Energy, con sede en Minneapolis (EE.UU.), está experimentando también con seis Ford Escape híbridos.
La isla danesa de Bornholm, de 40.000 habitantes, va a probar un sistema V2G para poder aprovechar la energía eólica hasta el 50%En el terreno de la investigación académica, un equipo de la Universidad de Delaware, en EE.UU., dirigido por el profesor Willett Kempton, trabaja desde hace más de una década en el desarrollo de este concepto, tanto en su vertiente tecnológica como económica. Estos científicos colaboran también con la empresa californiana AC Propulsion, creadora del término V2G, para mejorar tanto los sistemas de carga como los automóviles y sus sistemas de almacenaje. En la misma línea, otros investigadores del Laboratorio Nacional de Energías Renovables de EE.UU. (NREL en sus siglas en inglés) y de la Universidad británica de Warwick llevan también a cabo sendos proyectos de V2G.
Por su parte, la isla danesa de Bornholm, de 40.000 habitantes, va a ser el banco de pruebas de un sistema a gran escala de V2G. Se trata de un proyecto europeo, denominado EDISON (Electric Vehicles in a Distributed and Integrated Market using Sustainable Energy and Open Networks), que pretende utilizar las baterías de los vehículos de la isla (se planea que todos los coches sean eléctricos) para aprovechar mejor la energía eólica. Sus responsables estiman que en la actualidad el 20% de la energía de Bornholm procede del viento. Gracias a este sistema de V2G, señalan, el aprovechamiento de esta fuente de energía podría llegar hasta el 50%.
Imagen: big-ashbLos expertos recuerdan que esta tecnología se encuentra todavía en fase de proyecto, por lo que habrá que esperar hasta que los consumidores puedan aprovecharse de sus ventajas.
En cualquier caso, la tecnología V2G tendrá que hacer frente a varios desafíos. Su posible desarrollo correrá parejo al avance que experimenten los vehículos eléctricos, la tecnología de las baterías, las energías renovables o los sistemas de las denominadas redes eléctricas inteligentes.
Por ejemplo, la compañía Honda, que posee un modelo de vehículo híbrido, cree que este sistema podría dañar a las baterías de sus coches, ya que no han sido diseñadas para ello. No obstante, los defensores de este sistema creen que las futuras baterías sí podrán adaptarse a esta tecnología, ya que estarán pensadas para tener una vida media muy larga y con una capacidad de recarga rápida y sencilla.
Asimismo, el V2G supondría una transformación radical en la forma en la que se consume y distribuye la electricidad. Por ello, esta tecnología obligaría a diversos cambios importantes, como las reglamentaciones del suministro eléctrico o el establecimiento de sistemas de bonificaciones para los propietarios de estos vehículos.