Ayer numerosas organizaciones e instituciones llamaron a la ciudadanía a realizar un apagón simbólico contra el calentamiento de la Tierra entre las 20:00 y las 20:05 horas bajo el lema «Frente al cambio climático: actúa ya». Su seguimiento fue más tímido de lo que se esperaba, sobre todo en los hogares.
Apenas bajó el consumo de electricidad en esos cinco minutos sin conexión al fluido eléctrico, pese a que edificios emblemáticos, ayuntamientos, vías públicas y monumentos, y sedes de asociaciones ecologistas y de consumidores se oscurecieron durante esos 300 segundos. En concreto, el descenso del gasto fue de menos de 500 megavatios en todo el país, según Red Eléctrica de España (REE).
La última convocatoria similar fue el 1 de febrero, también en el marco de una protesta mundial simbólica contra la amenaza del cambio climático. Entonces, el apagón supuso una bajada de mil megavatios en el consumo eléctrico peninsular, bastante superior a la de esta jornada.
En cualquier caso, los promotores del corte de luz creen que ambas convocatorias han supuesto un punto de arranque para intentar sensibilizar a la opinión pública sobre la gravedad del problema.
El acto se produjo justo en vísperas de que el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, sus siglas en inglés) de la ONU, reunido en Valencia, emita un documento de síntesis de su IV Informe de evaluación, que dará paso a la fase «postKioto».