Aunque ya son varios los estudios que han desvelado indicios de calentamiento en ambos polos durante las últimas décadas, ninguno ha podido hasta ahora relacionar de forma concluyente el aumento de temperaturas con la actividad humana. Un equipo internacional de científicos ha demostrado ahora, por primera vez, que la subida de las temperaturas en el Ártico y en la Antártida tiene su origen en la acción del hombre, según informa la agencia Cordis.
La falta de datos era una de las razones por las que no se había demostrado hasta ahora tal relación de forma concluyente, ya que sólo hay en funcionamiento un centenar de estaciones meteorológicas en el Ártico y apenas 20 en la Antártica, según el IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático). Además, los datos de la Antártida apenas se remontan hasta mediados del siglo XX, mientras que en el Ártico se retrotraen hasta hace 100 años. Otro problema al que se enfrentan los científicos a la hora de aclarar las causas del calentamiento polar es la gran variabilidad natural del clima de esas regiones.
El nuevo estudio desarrollado por investigadores del Reino Unido, Japón y Estados Unidos se ha basado en la recopilación de registros térmicos de todas las regiones polares. Los investigadores han ejecutado cuatro modelos climáticos fiables, unas veces utilizando sólo factores naturales como cambios en la actividad solar y erupciones volcánicas, y otras introduciendo actividades humanas como las emisiones de gases de efecto invernadero y la reducción del ozono estratosférico. Únicamente los modelos que tenían en cuenta las actividades humanas permitieron predecir con exactitud las tendencias térmicas observadas, lo que indujo a los científicos a concluir que el aumento de las temperaturas en las regiones polares no puede atribuirse únicamente a la variabilidad natural, sino que está causado de forma directa por el ser humano.
«En general, pese a las escasas observaciones, entendemos que el calentamiento inducido por el ser humano es detectable en estas dos regiones, las cuales muestran una gran vulnerabilidad al cambio climático», señalan los investigadores. «Nuestros resultados demuestran que las actividades humanas ya han producido un calentamiento significativo en ambas regiones polares, con probables impactos en la biología polar, las comunidades indígenas, el equilibrio de las masas de las capas de hielo y el nivel de los mares», agregaron.
El doctor Alexey Karpechko, de la Unidad de Investigación Climática de la Universidad de East Anglia (Reino Unido), aseguró que «se trata de un trabajo de gran importancia». «Diversas publicaciones anteriores ya pusieron de relieve el calentamiento del Ártico, aunque éste no ha sido nunca atribuido formalmente a la actividad humana. No obstante, en la Antártida, la imposibilidad de dicha atribución hasta ahora sólo se debía a una carencia de datos», afirmó.