Dos de los países europeos con mayor producción de madera para pasta papelera son España y Suecia, si bien el primero usa para ello mayores cantidades de energía que el segundo. Una investigación llevada a cabo por científicos españoles y suecos ha concluido, tras comparar las cargas ambientales procedentes de las operaciones forestales, que el escenario español requiere más gasto energético que el sueco, indica el Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC). Los investigadores proponen frente a ello mejoras como el uso de biocombustibles para una producción forestal más sostenible.
Los científicos han estudiado para predecir las consecuencias de las operaciones forestales las especies madereras más importantes en la elaboración de pasta papelera, como las plantaciones de eucalipto (Eucalyptus globulus) en España y las de abeto noruego (Norway Spruce) y pino escocés (Scots Pine) en Suecia. La principal conclusión es que, bajo las mismas condiciones ambientales, el escenario sueco requiere menos energía que el español a causa del tipo y cantidad de madera producida. De este modo, la producción y suministro de pasta papelera en España supone un 7% más de energía que en Suecia, según se refleja en el artículo publicado recientemente en «International Journal of Life Cycle Assessment».
«Hay grandes diferencias, pero varias etapas son problemáticas en ambos escenarios», explica Sara González, autora principal e investigadora de la Universidad de Santiago de Compostela, que ha trabajado en colaboración con el Instituto de Investigación Forestal de Suecia. Y es que la alta dosis de fertilizantes, la etapa de suministro de la madera a la fábrica, su corte y su transporte en el propio monte contribuyen «considerablemente» a impactos como la acidificación, eutrofización y calentamiento global, explica la científica.
Por lo referente al caso español, los científicos proponen usar maquinaria más efectiva en las etapas de silvicultura y cosechado, pues el consumo energético es más alto que el sueco. Para Suecia, los investigadores proponen la reducción de la cantidad de madera importada (procedente sobre todo de los países Bálticos) y el uso del tren para el suministro de la madera en lugar del barco. Además, la introducción de biocombustibles, como la propia biomasa forestal, puede ser «una opción de mejora en ambos casos de estudio para reducir el impacto ambiental asociado a las operaciones forestales», señala González.