Un tribunal federal de Anchorage, en Alaska, ha condenado a la petrolera Exxon Mobil a pagar 4.500 millones de dólares en daños y perjuicios más 2.250 millones en intereses por la marea negra causada por el «Exxon Valdez» en 1989. Este dinero deberá ser abonado a 32.000 pescadores, empresarios y particulares de la zona afectada. La compañía, con sede en Texas, ha anunciado que apelará la sentencia.
La condena es producto de una demanda civil interpuesta en 1989 por pescadores, particulares, empresarios y los ayuntamientos que resultaron perjudicados por la marea negra que afectó a las costas de Alaska.
Ya en 1994 otro juez condenó a Exxon a pagar 5.000 millones de dólares por el desastre ecológico, pero la petrolera ganó el recurso. El tribunal de apelación consideró que la multa era excesiva.
Para David Oesting, el abogado demandante, este nuevo fallo supone «un avance importante hacia la solución del caso». Por su parte, Charles Matthews, vicepresidente de Exxon Mobil, dijo que la empresa recurrirá la sentencia porque «no guarda coherencia alguna con la legislación vigente».
El 24 de marzo de 1989, el «Exxon Valdez» encalló en Prince Edward Sound, en Alaska, originando una marea negra que contaminó 2.080 kilómetros de costa, acabando con 250.000 aves marinas, 2.800 nutrias, 300 focas, 250 águilas calvas, 22 orcas y un número aún por determinar de salmones y arenques.
Joseph Hazelwood, capitán del petrolero, confesó que había bebido vodka antes de subir al barco, pero fue declarado inocente de dirigir el buque ebrio.
En 1999, 10 años después del vertido, Exxon aseguró que la costa no había sufrido un daño duradero. Esta afirmación fue rechazada por las asociaciones ecologistas y por los pescadores de la zona.