Un minúsculo escarabajo está devastando los bosques de pinos del oeste canadiense y podría amenazar otras regiones forestales de Norteamérica y Sudamérica, según los expertos. El dendroctonus, que ha proliferado gracias al calentamiento global, ataca al pino ponderosa quitándole la corteza.
«Es la primera manifestación de una infección de parásitos que resultan del cambio climático», señala Avrim Lazar, presidente de la Asociación de Productores Forestales de Canadá. Lazar estima que el dendroctonus ya ha atacado a 480 millones de metros cúbicos de madera, tres veces la tala anual canadiense.
La provincia de Columbia Británica, en el extremo oeste del país, es hasta el momento la más afectada, pero también ha sufrido el impacto de este escarabajo la vecina provincia de Alberta y el oeste de EE.UU. Los expertos temen que la plaga continúe extendiéndose hacia el sureste del continente.
Normalmente, la población de estos insectos crece durante el verano, y el 95% de su población muere durante el invierno debido a temperaturas por debajo de los 20 grados centígrados. No obstante, durante el último siglo, el calentamiento global ha incrementado la temperatura promedio del invierno de 2,2 a 2,6 grados en el interior de la provincia», señala Jim Snetsinger, responsable del servicio forestal de Columbia Británica.
El dendroctonus se introduce debajo de la corteza del árbol y termina por arrancarla. En su tarea cuenta con un aliado: un hongo al que introduce en la albura (capa blanda que se encuentra inmediatamente debajo de la corteza). Este hongo, que da un color azul a la madera, bloquea el tránsito de agua y elementos nutritivos que provienen de las raíces.