Un nuevo pez invasor se ha extendido por el delta del Ebro. Se trata del dojo («Misgurnus anguillicaudatus»), procedente del este de Asia. Desde que fuera localizado por primera vez en estas aguas, en el año 2001, su propagación ha sido fulgurante. Los investigadores no descartan que en los próximos años ocupe nuevas áreas y amenace la supervivencia de especies autóctonas, según el Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC).
La expansión del dojo, de aspecto amarillento y de unos 20 centímetros de longitud, contrasta con la regresión de los peces nativos de ríos y humedales ibéricos, de los que más del 80% son especies amenazadas. La introducción de especies fuera de sus áreas nativas es una de las amenazas más graves para la conservación de la biodiversidad.
«Los ecosistemas acuáticos continentales son los más afectados por especies invasoras, y, dentro de ellos, el caso de los peces es especialmente desolador», señala Miguel Clavero, autor principal del estudio e investigador del Centro Tecnológico Forestal de Cataluña. Actualmente la mayor parte de las cuencas fluviales de la Península Ibérica tienen más especies foráneas que nativas.
El dojo se localizó por primera vez en 2001, en la Sèquia Mare, un canal de desagüe de los arrozales del delta del Ebro situado en el hemidelta norte (en la margen izquierda del río), aunque también se han visto ejemplares en el propio río. «Durante las tareas de seguimiento de la ictiofauna que realiza el Parque Natural del Delta del Ebro se capturaron varios miles de ejemplares», comenta Clavero, que advierte de que la probabilidad de que la especie se expanda hacia nuevas áreas es alta. De hecho, en la primavera de 2007 se detectó en la cuenca del río Onyar, afluente del Ter, una zona muy próxima al núcleo urbano de Girona.
La salinidad, una barrera
Pese a su rápida extensión, Clavero y su equipo han determinado que la distribución del dojo «parece limitada por la salinidad», ya que ocupa sólo aguas con una baja concentración de sal. Ésta es una de las razones por las que el pez no ha invadido lagunas, marismas y otros humedales naturales del delta.
«La presencia del dojo, como la de otras muchas especies de peces invasores en el delta del Ebro, está ligada al continuo flujo de agua del río, que se canaliza desde el Azud de Xerta, para abastecer a los arrozales, uso al que se dedica el 60% de la superficie deltaica», subraya el investigador. Los investigadores creen que la población de dojo se ha originado en el delta «a partir de escapes de unas instalaciones de mantenimiento y distribución de peces tropicales». Los centros de cría y mantenimiento de peces exóticos son un serio riesgo y «uno de los epicentros de los procesos de invasión biológica», alertan.
Esta especie de origen asiático podría competir de forma indirecta por diferentes recursos con las especies nativas, lo que pondría en riesgo la supervivencia del pez fraile («Salaria fluviatilis») y de la colmilleja («Cobitis paludica»).