El primer Almacén Temporal Centralizado para los residuos radiactivos de alta actividad de las centrales nucleares, que debe estar operativo antes de 2010, se instalará en un nuevo edificio abovedado, similar a un silo, y su ubicación se decidirá en dos o tres años, reveló la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa). Así consta en el proyecto que ultima Enresa para la construcción del que será el primer Almacén Temporal Centralizado (ATC) en España, que deberá estar operativo en el año 2010 según establece el vigente V Plan General de Residuos Radiactivos.
En contestación a sendas preguntas del PSOE sobre la gestión y almacenamiento de los residuos radiactivos de alta actividad, el Gobierno asegura que un almacén temporal centralizado estará disponible a partir de 2010 a fin de guardar los residuos procedentes de la central nuclear de Vandellós I, reprocesados en Francia y que volverán a España a partir de ese año, y el combustible gastado de las centrales que vayan agotando su capacidad, así como el resultante del desmantelamiento de las mismas.
Ante esta situación, Enresa, empresa encargada de la gestión integral de este tipo de desechos atómicos, tiene elaborado un anteproyecto para el primer ATC, que se decanta por la construcción de un edificio en superficie, de hormigón y con forma abovedada, similar a un silo, en el que los elementos de combustible gastado van en unos tubos con sistema de refrigeración por aire.
Combustible gastado
Según explicó el director de comunicación de Enresa, Jorge Lang-Lenton, este tipo de instalación, de última tecnología y que ofrece la ventaja de ser modular, permitiría albergar el combustible gastado que las centrales no pueden ya almacenar en sus propias piscinas y el procedente del futuro desmantelamiento de las nucleares más antiguas, como Garoña y Zorita, así como el material que llegue de Vandellós I.
Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Hungría ya cuentan con un ATC similar para dar solución temporal al almacenamiento de estos desechos nucleares, que mantienen su radiotoxicidad en el tiempo.
Tras recalcar que actualmente la construcción del ATC se encuentra en fase de anteproyecto, este responsable de Enresa dijo que «aún hay tiempo para definirlo, ya que su instalación, al ser en superficie, no requiere grandes estudios geológicos».
En este sentido dijo que «obviamente estará ubicado en un sitio bien comunicado, lejos de zonas inundables, de baja sismicidad y con un buen soporte, geológicamente hablando».
Sin embargo, agregó que su ubicación geográfica «aún no está decidida» y se dilucidará «dentro de dos o tres años», si bien aclaró que están «absolutamente descartados desde el principio la central de Trillo, donde existe un almacén temporal en superficie para uso de la propia nuclear, y El Cabril (Córdoba)».Piscinas nucleares
En principio, el futuro cementerio nuclear temporal tendrá capacidad para almacenar los 80 metros cúbicos del material de Vandellós que regresará a España y los elementos de combustible de las nucleares que de momento se están guardando sumergidos en agua en las piscinas de las propias centrales.
Según los últimos datos del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), a fecha 31 de diciembre de 2000, las piscinas de las centrales nucleares españolas tienen una ocupación media superior al 56%, cifra que alcanza su máximo valor en Trillo (Guadalajara), casi un 82%, seguida por la de Cofrentes (Valencia), al 65%.
Los bastidores de la piscina de Trillo, central que comenzó a funcionar en 1988, serán las primeros en saturarse en 2003, razón por la que el Gobierno español autorizó la construcción de un almacén de combustible gastado en esta central.
La piscina de Santa María de Garoña (Burgos) tiene una ocupación del casi 64%, la de Ascó I (Tarragona) del 56 %, la de José Cabrera «Zorita» (Guadalajara) del 50%, la de Ascó II del 49%, igual que la de Almaraz I (Cáceres), la de Almaraz II, al 45%, y Vandellós II, al 40%.
Con respecto a los años de saturación previstos, después de Trillo (2003) se sitúan las de Cofrentes (2009); Ascó I (2013); José Cabrera, Garoña y Ascó II, todas ellas en el 2015; Vandellós II (2020); Almaraz I, en el 2021 y un año después en la de Almaraz II.
Para Lang-Lenton, la instalación del futuro cementerio nuclear temporal, que contará con todos los sistemas de protección radiológica, suscitará lógicamente un debate social y político.