Un pescador deportivo alertó ayer de la presencia en una zona rocosa de Bermeo (Vizcaya) de una ballena muerta. El cetáceo, de la especie rorcual común, se encontraba en el acantilado desde el pasado día 31. El hallazgo de este mamífero marino constituye el varamiento más importante que ha tenido lugar en las costas del País Vasco.
En 1997, un ejemplar de similar tamaño fue a morir a la playa cántabra de Oriñón, en lo que se consideró como la ballena más grande aparecida en el litoral de España. La autopsia descubrió en su estómago 50 kilos de plásticos y de otras basuras arrojadas al mar.
El cetáceo localizado en la localidad vizcaína mide 19,5 metros de longitud y pesa unas 60 toneladas, según aseguraron fuentes de la Sociedad para el Estudio y la Conservación de la Fauna Marina (AMBAR), quienes acudieron al lugar a examinarlo. «Este tipo de ballena es el segundo animal más grande del planeta, después de la ballena azul, y no es complicado verla por el Golfo de Vizcaya», explicó Pablo Cermeño, miembro del colectivo.
El pasado verano se pudieron ver un par de ejemplares de rorcual común a una milla de distancia del Cabo Matxitxako, punto en el que muchos aficionados se suelen reunir para intentar avistar algún cetáceo. Sin embargo, su presencia por estas aguas durante el invierno no es muy habitual. «Lo más probable es que estuviera de migración hacia el sur y por enfermedad se ha ido rezagando y las corrientes la han arrastrado hasta donde ha aparecido», apuntó Cermeño como una de las posibles causas del varamiento.
El animal, según la primera inspección realizada, no presenta heridas ni ningún indicio que haga pensar que ha podido chocar con algún barco o haberse quedado enganchado con redes. Expertos de AMBAR recogieron durante la jornada de ayer muestras de piel y grasa para elaborar en los próximos días los correspondientes análisis genéticos y de contaminación.
«Estamos a la espera de determinar la forma en la que se producirá la retirada del rorcual para abrirlo y realizar los estudios necesarios que determinen la causa de la muerte», señalaron. Las tareas de extracción se presentan bastante complicadas, dado el difícil acceso a la zona rocosa donde ha quedado varado el animal.
«Los camiones y grúas no pueden llegar al área por lo que habrá que pensar otras soluciones», apuntaron los especialistas. Entre las alternativas que se barajan se encuentra la de sacarlo por mar con la ayuda de un remolcador para trasladarlo a un vertedero, quemarlo en el mismo lugar en el que ha aparecido o bien despiezarlo.