Palma de Mallorca sufrió ayer por la tarde una tormenta «de una intensidad desorbitada», según la calificó el Centro Meteorológico de Baleares. Este organismo registró vientos huracanados de hasta 109 kilómetros por hora y contabilizó cerca de 1.000 rayos. Las lluvias y el fuerte viento provocaron inundaciones, caídas de árboles y marquesinas, y el colapso circulatorio de las principales vías de la ciudad.
Los servicios de emergencias, los bomberos y las ambulancias del 061 no daban abasto para atender las peticiones de ayuda. Más de 8.500 hogares se quedaron sin luz como consecuencia de los daños causados en la red de Gesa Endesa. La mayoría de las viviendas ya han recuperado el suministro.
La tormenta dejó 21 litros por metro cuadrado en la capital balear, 36 litros en la localidad mallorquina de Porreres y 14 litros en Ibiza. La previsión para hoy es que prosiga el riesgo de fuertes lluvias en el archipiélago.
Más de 200 heridos
La consejera de Interior de Baleares, María Ángeles Leciñena, denunció que el Instituto Nacional de Meteorología (INM) «no alertó» de vientos huracanados, por lo que el Govern, pese a encontrarse en situación de prealerta, no activó la alerta naranja y no avisó a la población de que procurase no salir a la calle hasta bien entrada la tormenta.
Ello podría explicar el gran número de heridos, más de 200. Alguno muy grave, como un vigilante de obra de Son Espases. La caseta en la que se refugiaba voló con él dentro. Además, dos niños sufrieron importantes lesiones por la caída de un rayo en un establecimiento de comida rápida en la carretera de Son Rapinya.
En el polígono de Can Valero, siete trabajadores resultaron heridos por el desprendimiento del techo del almacén donde se encontraban.
Desalojados
La tormenta provocó además el desalojo de más de 500 personas del polideportivo de Son Moix, en Palma de Mallorca. El techo del complejo se desprendió debido a las fuertes rachas de viento.
También se produjeron desalojos en varias unidades de los hospitales de Son Dureta y San Juan de Dios, que registraron inundaciones. En el hospital psiquiátrico de Palma, 50 pacientes y 15 trabajadores fueron evacuados por un escape de gas provocado por la tormenta. El conseller de Salud balear, Vicenç Thomàs, dio cuenta del estado en que se encuentra la red sanitaria de Mallorca durante una visita que hizo al hospital psiquiátrico. Además de las evacuaciones, una enfermera resultó herida leve debido a la caída de parte de un techo.
Se desalojaron polideportivos y hospitales, y se colapsaron las carreteras
Thomàs informó de que se había establecido un operativo de coordinación entre los diversos centros hospitalarios para regular con ambulancia el flujo de pacientes en los servicios de urgencias, que sufren una gran presión debido a los incidentes causados por el temporal.
Según explicó, debido al agua caída, la Unidad de Reanimación (REA) de Son Dureta se ha inundado y los pacientes que permanecían en ella después de haber sido operados, han tenido que ser trasladados a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
El conseller de Salud pidió a los ciudadanos que hagan un «uso racional» de los servicios de urgencias y recordó que, para dolencias menores, deben recurrir a los Puntos de Atención Continua (PAC) de los centros de Atención Primaria.
Colapso
El aeropuerto de Son Sant Joan de Palma se vio obligado a suspender la operativa aérea durante al menos media hora, al registrarse un fuerte aparato eléctrico y potentes rachas de viento en la zona.
La intensa tormenta estuvo acompañada de rayos que, a su paso, dejaban las calles desiertas. Cables de alta tensión y árboles cayeron sobre las carreteras mojadas, lo que provocó un enorme colapso circulatorio.