Un informe realizado por la organización Natural England mantiene que alrededor de 500 especies de plantas y animales han desaparecido en Inglaterra en los últimos 200 años. Estas desapariciones, atribuidas sobre todo a la acción humana, incluyen cuatro especies endémicas de Inglaterra: el alca, un ave marina sin alas similar al pingüino, la anémona de mar Ivell, el musgo lampiño de Mitten y la hierba senecio de York.
La última especie mencionada se descubrió en 1979 por Richard Abbott, biólogo de la Universidad de Sant Andrews (Escocia), y desapareció de forma definitiva alrededor del año 2000, sobre todo por el uso de herbicidas en la zona. Respecto a la anémona de mar Ivell, el último ejemplar murió a finales de la década de 1980 en un lago del sur de Inglaterra, cerca de la ciudad de Chichester. «Estas especies se han perdido de vista para siempre», señaló Tom Tew, científico jefe de la organización Natural England, un cuerpo asesor del Gobierno que ha llevado a cabo este estudio.
Otras especies extintas citadas en el informe son el pigargo europeo, familia del águila, y la chova, que habitaban en el noroeste de Inglaterra, el abejorro, que vivía en el noreste, y el pájaro frailecillo y el escarabajo azul, que tenían su hábitat en el sureste. El estudio ha llegado a registrar 492 especies, de las que sólo 12 desaparecieron antes de 1800, lo que se atribuye al aumento de la caza y la pesca y a los cambios climáticos a partir de esa fecha, aunque también a la ausencia de registros anteriores a la época victoriana. No obstante, hay algunas que datan de hace 2.000 años.
Los científicos de Natural England llegaron a estas conclusiones tras comparar las tasas de extinciones de estas especies con las de otros momentos en los que se produjeron desapariciones graves generalizadas, como en el caso de los dinosaurios. Los investigadores encontraron que las tasas de extinción eran 1.000 veces más altas que las de los registros fósiles. «Esta vez la causa no fue un meteorito que golpeó la Tierra o una catástrofe natural, sino la acción humana», afirmó Tew.
Sin embargo, el informe también hace mención a otras especies que se han salvado gracias a los trabajos de conservación, como el milano rojo, un ave a punto de extinguirse a finales del siglo XIX y de la que ahora hay cientos de individuos.