Disfrutar de unas vacaciones diferentes, ecológicas y por poco dinero es posible con la información y las ganas necesarias: conocer y conservar ese entorno natural cercano que nunca visitamos por falta de tiempo, viajar a otros lugares de forma colaborativa o de voluntario, etc. Este artículo señala varios consejos para pasar unas vacaciones ecológicas de bajo coste.
Disfrutar de nuestro entorno
La forma más sencilla de ahorrar dinero y ser ecológicos en vacaciones es no viajar fuera del entorno habitual. Así se evita el impacto ambiental causado por el transporte, en especial el del vehículo privado. Las ventajas de este «turismo ecológico local» son varias y ni mucho menos aburridas, como podría pensarse al quedarse «en casa». Con el dinero ahorrado en el desplazamiento será posible entretenerse en nuestra propia ciudad. Las posibilidades son muy diversas y más difíciles de disfrutar por las obligaciones cotidianas durante el resto del año: pasear por parques urbanos y periurbanos, visitar museos de naturaleza, acuarios, jardines botánicos, comer en restaurantes ecológicos y de kilómetro cero, acudir a exposiciones, conferencias y diversas actividades culturales y ambientales, etc.
En algunos casos, incluso se podrá descubrir rincones desconocidos y convertirse en turista en nuestra propia localidad. Si no se vive en el típico destino turístico, se podrá disfrutar de estas actividades con menos agobios, tanto a pie como en bicicleta.
Para sacarle el mayor rendimiento y conocer las diferentes posibilidades, conviene acudir a las instituciones locales y provinciales donde se reside y contactar con los responsables de cultura y medio ambiente. Otra opción son los Centros de Educación Ambiental donde, además de organizar actividades, pueden ofrecer toda la información necesaria.
Visitar espacios naturales próximos
El transporte público puede llevar a zonas interesantes y próximas para hacer escapadas de día y romper con la monotonía. Y si se vive cerca de la costa, se puede acudir a la gran variedad de playas, siempre de acuerdo a un comportamiento sostenible.
En este sentido, España posee gran cantidad de espacios naturales protegidos de todo tipo. Cualquier ciudadano tiene en un radio relativamente cercano algún parque natural, nacional, reserva de la biosfera, etc. Las vacaciones de verano ofrecen tiempo y unas condiciones meteorológicas propicias para visitarlos con detenimiento. Apuntarse a clubes de naturaleza, de montaña, de tiempo libre, etc. puede abaratar y facilitar el transporte y la estancia.
Viajar fuera de casa
Viajar, conocer otros lugares, otras regiones del propio país o de otros países resulta una experiencia muy enriquecedora, y no siempre tiene que ser cara ni nociva con el medio ambiente.
Para ello hay que pensar en el medio de transporte de menor impacto ambiental. Utilizar transporte público como autobuses o trenes es la mejor opción, mientras que el avión se debería dejar para viajes muy largos, aunque siempre queda la posibilidad de compensar las emisiones de CO2 causadas por el trayecto.
En el momento de elegir un destino, conviene evitar las ofertas convencionales de turismo y buscar otros sitios fuera de las clásicas guías de viajes. Contar con un amigo en el lugar de vacaciones puede suponer ahorrarse no solo los gastos de alojamiento, sino también las típicas -y caras- zonas turísticas, y acercarse al auténtico ambiente, tanto natural como cultural de la ciudad o pueblo que se haya elegido, además de comer, comprar y vivir como un lugareño más.
Otra opción con cada vez mayores seguidores es el denominado consumo colaborativo que permite compartir o intercambiar sistema de transporte o alojamiento, de manera que se abarata el viaje y se reducen impactos ambientales. Internet puede ser una herramienta muy útil, ya que posibilita informarse de los posibles destinos de vacaciones, conseguir ofertas, conocer personas con intereses comunes en cualquier parte del mundo, etc. Y como consejo general, es conveniente planificar con antelación el viaje para evitar sustos y ahorrar dinero.
Turismo de naturaleza y voluntariado ambiental
Contemplar y fotografiar animales y plantas de todo tipo no es difícil en España, el país con más biodiversidad de Europa. Ya sea en la propia ciudad, donde habitan especies muy diversas y sorprendentes, hasta en lugares naturales más propicios, las posibilidades son enormes. Destaca la observación de aves, que en Estados Unidos o Reino Unido, donde se le conoce como «birdwatching», es un fenómeno de masas.
Por otra parte, la gran oferta de programas de voluntariado ambiental de ONG e instituciones en toda España es otra opción que conviene plantearse. El objetivo es ayudar, concienciarse y concienciar a la sociedad de las necesidades del medio ambiente, sentirse útil, conocer a personas comprometidas con su entorno y, de paso, ahorrarse el dinero que supondría un destino turístico convencional. Las propuestas son variadas: conservación del hábitat de especies amenazadas, recuperación de zonas degradadas, seguimiento y censos de especies, información a los visitantes de un espacio natural, etc. Lo conveniente es contactar con las ONG ambientales más cercanas o con los departamentos de Medio Ambiente y/o de la Juventud de los ayuntamientos, diputaciones y gobiernos autonómicos y, si no se organiza nada al respecto, reclamarlo como ciudadano concienciado.