Vehículos a todo gas… natural. Países como Argentina o Italia están apostando por este elemento como combustible, dadas las ventajas medioambientales y económicas de su tecnología, ya consolidada y con modelos competitivos de las principales empresas del sector. Aunque en España su utilización se reduce a autobuses y camiones de recogida de basura, la idea es incrementar su uso en todo tipo de vehículos, por ello, diversas instituciones ofrecen subvenciones para su compra.
La atmósfera y la calidad del aire agradecen el uso de vehículos impulsados por gas natural, ya que se reducen las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) en más de un 85% y en un 25% las de monóxido de carbono (CO); no se emiten partículas sólidas ni dióxido de azufre (SO2); no aumentan o incluso disminuyen ligeramente las emisiones de dióxido de carbono (CO2); no contiene plomo ni trazas de metales pesados; y garantiza un menor nivel de otras emisiones toxicas, hoy todavía no reguladas, que cualquier otro combustible fósil. Asimismo, se generan menores niveles de emisión sonora y vibraciones que los motores diesel.
En el aspecto económico, el gas natural permite un ahorro medio de más del 28% en euro/km respecto al gasoil, utilizado principalmente en vehículos profesionales. Por otra parte, el motor de gas natural consigue ahorros adicionales al requerir un menor mantenimiento y ofrecer una mayor vida útil.
Por otra parte, se trata de una tecnología consolidada, y de hecho, los principales fabricantes del sector de la automoción cuentan con modelos de este tipo de vehículos vendidos en serie y con las mismas garantías que los demás del mercado. Asimismo, no se pierde capacidad ni en el habitáculo ni en el maletero, y según el organismo encargado de las inspecciones de vehículos en Alemania (TUV), son igual de seguros que los de gasolina o gasóleo e incluso tienen un peligro de incendio o explosión menor.
Los responsables europeos se proponen unos porcentajes de sustitución del petróleo por el GNV del 6% para 2010, 7% para 2015 y 10% para 2020Por ello, sus defensores afirman que el «gas natural vehicular» (GNV), como lo conocen los expertos, es el combustible que más ayudaría en la actualidad a mejorar la calidad del aire en las ciudades y el que presenta la mejor viabilidad técnico-económica a corto y medio plazo.
En este sentido, algunos países como Argentina, Pakistán o Brasil vienen apostando por esta tecnología desde hace años. Así, según datos de la empresa Gas Natural, Argentina disponía en 2007 de 1.663.340 vehículos y 1.713 estaciones de servicio; Pakistán 1.650.000 y 1.847; Brasil 1.476.000 y 1.561, respectivamente.
Europa, Alemania, Francia y Reino Unido cuentan con programas específicos para su desarrollo, si bien es Italia el país europeo más involucrado en su uso, con 433.000 vehículos, 609 estaciones y más de 50 años de experiencia. Asimismo, la Comisión Europea, en su Comunicación COM(2001)547 identificaba al gas natural, los biocombustibles y el hidrógeno, como los principales combustibles alternativos. Así, los responsables europeos se proponen unos porcentajes de sustitución del petróleo por el GNV del 6% para 2010, 7% para 2015 y 10% para 2020.
Gas natural vehicular en España
La utilización de este combustible en España es bastante escasa y se reduce casi exclusivamente a autobuses y camiones de recogida de residuos urbanos. Así, en 2007 había 1.663 vehículos y 41 estaciones de carga. Madrid (350 buses y 337 camiones de recogida de residuos) y Barcelona (251 y 83 respectivamente)son las ciudades con una mayor flota de estos vehículos. Gracias al GNV, España evita anualmente la emisión de 23 toneladas de CO, 300 toneladas de NOx y 17 toneladas de partículas a la atmósfera, además de 7.000 toneladas de CO2.
Por ello, la idea es aumentar su uso en los próximos años. En este sentido, la Ley 22/2005 de 18 de noviembre establece un impuesto para el gas natural en su uso como carburante de 0,4140 céntimos de euro/KWh, un precio 6,5 veces inferior al del gasóleo, y diversas instituciones promueven la utilización de estos vehículos para reducir la contaminación urbana.
Asimismo, el Instituto de Ahorro y Diversificación Energética (IDAE) y la mayor parte de las comunidades autónomas ofrecen subvenciones para la compra de estos vehículos (2.000 euros como ayuda máxima a turismos y 12.000 euros para vehículos pesados), así como para la financiación de estaciones de carga (30.000 euros para las individuales y 60.000 para las colectivas).
Por su parte, la empresa Gas Natural es pionera en la introducción del GNV en España. En este sentido, en el reciente Salón Internacional del Automóvil de Madrid presentaba su línea de negocio «gnAuto», y a modo de ejemplo, cuatro vehículos impulsados con gas natural de conocidas empresas del sector. Además, los responsables de esta compañía han firmado acuerdos con diversas instituciones y asociaciones para el uso de estos vehículos, como el Ayuntamiento de Pozuelo de Alarcón o la Cooperativa Valenciana de Taxistas (TAXCO).
No obstante, los expertos consideran que para un desarrollo real del GNV son imprescindibles acciones coordinadas entre todos los actores implicados, para contar así con un marco legal y fiscal que lo hagan económicamente atractivo, ayudas para la adquisición de estos vehículos y unas infraestructuras mínimas para repostar.
El término de GNV suele utilizarse como sinónimo de gas natural comprimido (GNC), aunque también puede ser gas natural licuado (GNL), si bien este último se utiliza en menor medida para este fin.
En cuanto a sus características técnicas, se trata de motores que funcionan igual que los motores de gasolina. Los vehículos pesados (camiones y autobuses) utilizan sólo el gas, mientras que los vehículos ligeros (turismos y furgonetas) suelen llevar un pequeño depósito de gasolina como reserva o seguridad. En cuanto a los sistemas de carga, el llenado del GNC puede realizarse de manera rápida. Existe la posibilidad de efectuar un almacenamiento intermedio, que permite la carga de los vehículos en unos tres minutos, o un llenado lento, más adecuado para repostar, por ejemplo, grandes flotas durante la noche.