El tercer congreso de la bicicleta, celebrado en Lleida, ha reunido a algunos de los principales responsables institucionales y expertos españoles e internacionales en la materia. El director del evento, Xavier Corominas (Salt, Girona, 1951), destaca que en España hay 23 millones de bicicletas, pero parecen invisibles para los planes de movilidad institucionales, salvo “honrosas excepciones” como San Sebastián, Barcelona o Sevilla. Corominas explica los últimos avances para aumentar su uso, como la bicicleta asistida eléctrica, el alquiler público o las zonas 30. Pero recuerda que los robos han aumentado y el número de accidentes no ha descendido. Corominas es también secretario técnico de la Red de ciudades por la bicicleta, una iniciativa que cuenta ya con cien ciudades comprometidas para tomar medidas al respecto.
“Todo el mundo tiene derecho a circular en bicicleta en sus desplazamientos cotidianos”
Las conclusiones se han reunido en el Manifiesto de Lleida. Entre ellas, se puede destacar que todo el mundo tiene derecho a circular en bicicleta en sus desplazamientos cotidianos, y se necesita que las instituciones destinen más recursos.
Quienes la utilizamos nos sentimos mejor en todos los aspectos, tanto en la salud como en el estado anímico. Es fundamental para los niños, sobre todo, con el constante aumento de casos de obesidad. Ver las ciudades desde la bicicleta es una gran experiencia que recomiendo a todo el mundo, al igual que hacer cicloturismo, es decir, viajar en bicicleta a casas rurales. También favorece la intermodalidad y la multimodalidad: los ciudadanos puedan hacer uso de varios sistemas de transporte y no depender sólo del coche. En las carreras de movilidad entre varios medios de transporte en ciudad siempre gana la bicicleta. Como señalaron los niños consultados en una encuesta realizada en Inglaterra: es el mejor invento del mundo.
“En las carreras de movilidad entre varios medios de transporte en ciudad siempre gana la bicicleta”La bicicleta contribuye a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y el ruido, y ayuda a que los municipios reduzcan la contaminación.
Se ha constatado que son un éxito. Ya hay más de cien ciudades que han puesto en marcha este sistema y Madrid lo hará en breve con 1.500 bicicletas. Algunos sistemas con tecnología de empresas locales revelan un buen funcionamiento y su coste no es excesivo.
“Ya hay más de cien ciudades que tienen sistema de bicicletas públicas”No hay excusas para no utilizar la bicicleta. Sus ventajas y recursos superan cualquier inconveniente: si hay mucho tráfico de coches, se pueden habilitar diversos medios para controlarlo; si llueve mucho, es posible usar equipos adecuados, como en el norte de Europa, donde el clima es peor que en España y usan más la bicicleta; si se tiene mucha edad, el pedelec puede ayudar en los tramos más costosos. La bicicleta es para usarla durante cien años.
La tecnología en el mundo de la bicicleta avanza muy rápido. El pedelec, o bicicleta asistida eléctrica, ha sido un gran invento. Cuando detecta que al usuario le cuesta pedalear, le ayuda con su batería de litio y le permite ir a un máximo de 25 km/hora. En los cascos urbanos con relieve, el pedelec tiene grandes posibilidades. En el plan Movele para el apoyo del coche y la moto eléctrica no ha entrado el pedelec y no entiendo por qué. Los ayuntamientos deben potenciarlo, porque supone una facilidad para los ciudadanos.
“La bicicleta es para usarla durante cien años”
Se puede comprar en cualquier tienda de bicicletas a partir de 800 euros. Para que sean legales, deben tener pedaleo asistido y carecer de puño de gas, ya que entonces serían un ciclomotor eléctrico. Con el pedelec no es necesario llevar casco, ni permiso, y se puede circular por los carriles bici.
Aparte de honrosas excepciones como San Sebastián, Barcelona y Sevilla, falta bastante camino por recorrer. Pedaleamos en la dirección correcta pero es necesaria una mayor implicación por parte de todos, tanto instituciones como ciudadanos. Hay que perder el miedo a ir en bicicleta, hacen falta más infraestructuras troncales que aseguren el uso y que comuniquen los distintos puntos de la ciudad.
“A partir de 800 euros, se puede comprar un pedelec”
Hay 23 millones de bicicletas, 35 millones de personas que saben utilizarla y dos millones de usuarios diarios. A pesar de ello, uno de sus problemas es la invisibilidad: las decisiones de movilidad que se toman no tienen en cuenta a estos millones de personas. Otro problema son los accidentes. En Cataluña ha habido cinco muertos no hace mucho. Es una asignatura pendiente preocupante. Como mínimo, no ha bajado el número de accidentes. Tiene que haber más publicidad institucional y ayudas para impulsar su uso y acabar con esta invisibilidad, como se hace en otros países.
En algunos países hay beneficios fiscales para el uso de la bicicleta y empresas que lo promueven entre sus trabajadores porque han comprobado que trabajan mejor. En Francia, algún municipio ha ofrecido 100 euros para comprar bicicletas. Es una buena inversión porque restará problemas a sus responsables. Por otra parte, la bicicleta también es un sector de negocio. Unas 20.000 personas viven de ella y no se tienen en cuenta. A pesar de la crisis, el mercado de la bicicleta se ha mantenido e, incluso, ha crecido en algunos casos. Es importante porque es un elemento de equidad, ya que es un vehículo asequible para todos los ciudadanos.
“Hay 23 millones de bicicletas, 35 millones de personas que saben utilizarla y dos millones de usuarios diarios”
Partimos de un problema de desarrollismo que nos ha hecho pensar que la ciudad es sólo para los coches y sus calles son autopistas. Pero hay que cambiar la mentalidad y devolver las calles a los ciudadanos y que los niños puedan volver a jugar en ellas. No es raro ver pasos de cebra en los que decenas de peatones tienen que esperar hasta que pasan varios coches conducidos por una sola persona. El número de peatones muertos en las ciudades tampoco baja y la bicicleta podría ayudar a rebajar el nivel de tráfico. Hay que recuperar el terreno perdido.
Cada vez se suman más todo tipo de instituciones (no sólo se destina a ayuntamientos), que se comprometen a poner en marcha un plan para el uso real de la bicicleta en las ciudades. En la actualidad, hay 40 socios que representan a cien ciudades y su presidente es el alcalde de San Sebastián. En la Red se debaten varios temas para un buen uso por parte de todos. La bicicleta no puede ir por las aceras. Entonces, la Administración tiene que cambiar esa vía por una zona 30, que de paso reduzca el tráfico, o habilitar una carretera compartida, de manera que con la debida señalización se pueda practicar ciclismo. En este tema, en el País Vasco se ha avanzado. Deberían copiar su estrategia en otras comunidades. También se trabaja para instalar jaulas cerradas en las que se pueda aparcar la bicicleta en la ciudad.
“Unas 20.000 personas viven de la bicicleta y no se tienen en cuenta”
El número de robos ha aumentado y es uno de los temas que más nos preocupa en la Red. Hemos planteado un seguro y un registro especial para bicicletas.
En el pasado se han tomado medidas, pero algún carril bici se queda “muerto” en mitad de un punto. Hay que aplicar una red básica que funcione y que mejore día a día. El Plan E ha sido una iniciativa positiva que mejorará las infraestructuras en muchos municipios.
“Nos ha hecho pensar que la ciudad es sólo para los coches y sus calles son autopistas”
Hay muchas fórmulas que convergen en el mismo objetivo: diseñar los espacios urbanos para que se pueda usar la bicicleta, adecuar un marco legal nuevo que reconozca el valor de la bicicleta de manera igual o superior a otros medios de transporte, ahondar en los itinerarios ciclistas y en el de los aparcamientos para bicis, sobre todo, para aumentar la seguridad frente a los robos, coordinar a las diferentes instituciones para que desplieguen sus planes estratégicos, etc.
Hay que hacer un llamamiento a los conductores y a las autoridades de tráfico para que se tengan claras las normas. Para adelantar, hay que respetar un metro y medio de distancia -esto en una carretera normal implica pasar al otro lado, aunque haya línea continua-, marcar con el intermitente y no acelerar más por el problema del rebufo. Es verdad que con niños es mejor andar en bicicleta por zonas sin coches, pero hay otras soluciones como llevarlos en remolque.