Cada vez más urbes pacifican o calman el tráfico rodado en sus calles gracias a las Zonas 30. Como los coches no pueden superar los 30 km/h, los accidentes mortales y la contaminación se reduce, mientras la calidad de vida de sus vecinos aumenta. Este artículo señala qué son las Zonas 30, por qué deberíamos pedir una y los diferentes modelos implantados en las ciudades.
Qué son las Zonas 30
Las Zonas 30 son calles por donde el tráfico no puede superar los 30 km/h (el límite general en zonas urbanas es 50 km/h). La Comisión Europea calcula que dos de cada tres accidentes mortales de tráfico ocurren en ciudad, y en la mitad las víctimas son peatones y ciclistas. Cuando un vehículo baja su velocidad de 50 km/h a 30 km/h, la distancia de frenada pasa de 53 a 36 metros y las posibilidades de matar a una persona se reducen de un 45% a un 5%.
Las posibilidades de matar a una persona en una Zona 30 se reducen de un 45% a un 5%El objetivo de las Zonas 30 es calmar o pacificar el tráfico en las ciudades. Como señala Joan Estevadeordal, responsable de la empresa Intra Ingeniería de Tráfico y presidente de la Asociación para los Derechos de Peatón (Catalunya Camina), «recuperan la calle como un lugar de convivencia, favorecen el encuentro social y hacen un reparto más equitativo del espacio público entre los distintos usuarios. En definitiva, crean un entorno más amable y tranquilo, donde los ciudadanos desarrollan sus actividades sin la presión del tráfico».
Raquel Salcedo, técnico del área de Circulación, Transporte y Medio ambiente del Ayuntamiento de Bilbao, explica que «las zonas peatonales están bien, pero no dan todo el servicio que necesitan los ciudadanos. Si los vecinos necesitan el coche tienen que poder entrar en su barrio. No se puede cortar de repente el acceso, sino mezclar medidas para mejorar la convivencia. En las Zonas 30 los vecinos saben que hay vehículos, pero están más relajados porque tienen que ir más despacio y con más cuidado».
Por qué deberíamos pedir más Zonas 30
Los ciudadanos deberían exigir a sus responsables institucionales el aumento de las Zonas 30 en los núcleos urbanos. Además de reducir el número de muertes por atropello, consiguen otras ventajas ambientales, sociales y económicas:
- Reducen la contaminación. El 83% de la población europea vive expuesta a niveles de partículas atmosféricas nocivas superiores a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El tráfico rodado es el principal causante, con un 40% de las emisiones, sobre todo por los diésel de pasajeros. Al bajar la velocidad, los coches disminuyen su polución. El tráfico rodado causa, además, el 80% de la contaminación acústica de las urbes. El Consejo Medioambiental Alemán (SRU) estima una reducción del ruido de 3 decibelios con el límite de 30 km/h.
- Aumentan la calidad de vida. Estevadeordal sostiene que la seguridad vial y la accesibilidad del barrio mejoran, al igual que los desplazamientos de los vecinos, en especial de las personas mayores; favorecen los desplazamientos en transporte publico; estimulan el uso de la bicicleta por la calzada; promocionan los desplazamientos a pie de los escolares y los sistemas de «pedibús«; dan mayor protagonismo a los peatones y bicicletas; y potencian el encuentro social entre las personas.
- Benefician a la economía local y estatal. Reducen el uso de vehículos y el consumo de combustible y, con ello, además del gasto de los consumidores, la dependencia energética del país. El atractivo patrimonial de la calle o barrio aumenta y refuerzan los ejes comerciales.
Diferentes modelos de Zonas 30
Cada vez más ciudades ponen en marcha Zonas 30. La pequeña urbe alemana de Buxtehude establecía en 1983 la primera. Años después, muchas ciudades europeas se han sumado y disfrutan de sus ventajas.
En España, diversos municipios han implantado también Zonas 30 o se plantean hacerlo en breve con diversos modelos y denominaciones. Salcedo explica que «la normativa estatal se centra en carreteras; a nivel urbano los ayuntamientos estamos más solos, cada uno hace lo que puede».
En Bilbao, la técnico del área de Circulación, Transporte y Medio ambiente indica que quieren implantar una «Zona de Ambiente Pacificado» (ZAP) en el barrio de Castaños y, de ahí, llevarlo a otros barrios. La principal novedad con respecto a otras Zonas 30 es su proceso previo de participación con los vecinos, para saber qué les gustaría y qué ven mal de su calle, explica Salcedo. Además, «queremos que sea para tráficos locales, y no una zona de paso para tráficos de otros lugares, y dejaremos los pasos de peatones, a diferencia de una Zona 30 convencional, al ser un área tan grande».
Estevadeordal apunta las principales denominaciones asumidas en diferentes municipios: «Calles de vida» (Woornerf, Holanda), Zona 30 (Donostia-San Sebastián, Terrassa, etc.), «ZUAP» Zona Urbana de Atmósfera Protegida (Zaragoza), «Templado del tráfico» (Madrid), «Supermanzana, Superilles» (Barcelona), «Tráfico calmado» (Vitoria-Gasteiz), etc.
Los responsables municipales deben aplicar diversas acciones en una Zona 30, como instalar resaltos, colocar pavimentos diferenciados, señalizar el área, priorizar modos de transporte menos contaminantes, ordenar el aparcamiento o ampliar aceras y espacios para las personas.