En los años ochenta y principios de los noventa, informes procedentes de Estados Unidos alertaban de lesiones producidas por el impacto de los ‘airbag’ especialmente en la cara y tórax de los conductores y acompañantes. La difusión de estos resultados en los medios de comunicación europeos extendió una alarma injustificada, al no explicarse que la legislación de aquel país exigía un tamaño mucho mayor y un inflado más rápido del dispositivo para proteger a los conductores de algunos estados donde el cinturón de seguridad no era aún obligatorio. No obstante, un sector de la población se ha mostrado reticente desde entonces a pesar de sus indudables ventajas.
Las asociaciones europeas de automovilistas, ante la falta de estudios similares en Europa, unieron sus fuerzas hace unos años para realizar un estudio estadístico fiable. A través de cartas personalizadas y anuncios en sus revistas solicitaron a los socios que compartieran sus experiencias en colisiones donde el airbag hubiera actuado. En total han recogido más de 700 encuestas en toda Europa y las conclusiones generales han cuantificado lo que la lógica preveía: el airbag reduce un 20 por ciento la posibilidad de sufrir lesiones graves y mortales, tanto para el conductor como para el acompañante.
Solo el cinturón de seguridad bate esta marca de efectividad en cuanto a protección. Como comparación, RACE recuerda en su informe que un dispositivo tan popular como la luz trasera de freno ha contribuido ha reducir los alcances traseros en un 8 por ciento.
Otra conclusión fundamental es que el airbag cuida, principalmente, nuestra zona más sensible. Los ocupantes protegidos por el cinturón y el airbag se lesionan gravemente con más frecuencia en las piernas o en el tórax que en la cabeza. Los datos de la encuesta no han apreciado lesiones relevantes derivadas del uso de gafas o en el caso de fumadores.
Incluso en los casos que funciona mal no produjo daños importantes. Se trata de colisiones a baja velocidad donde cargas electrostáticas o golpes en los bajos del automóvil confundieron a los sensores activando el sistema a pesar de que no era necesario.
A la vista de estos resultados RACE considera necesario incluir el airbag de conductor y pasajero como elemento de serie en todos los vehículos. Para reducir costes y hacerlo posible, propone reducir el IVA a este y otros elementos de seguridad capaces de ahorrar dinero a la sanidad pública: ‘mejor recaudar algún impuesto menos que tener que destinarlo más tarde a pagas facturas de hospital’, concluye.
La asociación de automovilistas sigue recogiendo datos para ampliar la encuesta. Si ha tenido alguna experiencia con el airbag, puede aportar su opinión en http://www.seguridadvial.org/HTML/encuesta_airbag.html