El aceite usado que habitualmente se tira por la fregadera de las casas puede reciclarse y convertirse en un combustible totalmente ecológico y biodegradable. Aunque todavía no se puede encontrar en todas las gasolineras, este sustituto del diesel convencional será en pocos años algo habitual en nuestro país. El biodiesel tiene varias ventajas respecto a otros carburantes, pero su principal valor es que reduce la contaminación y alarga la vida del motor de los vehículos.
Su origen
En Europa el biodiesel se usa desde hace diez años, aunque en España es ahora cuando empieza a venderse en las gasolineras como sustituto del diesel. Todo gracias al reciclaje de un residuo que hasta ahora se tiraba por la fregadera y terminaba en las depuradoras de agua. La primera planta española de biodiesel empezó a funcionar en Cataluña en el 2002, y ahora mismo hay 25 gasolineras que lo venden en esta comunidad.
El biodiesel se fabrica a partir de aceites vegetales usados o vírgenes, aunque en España se hace casi siempre con aceite doméstico usado. Para recuperar este aceite existe un sistema de recogida que trabaja con los principales consumidores de este producto: hoteles, empresas de catering, cocinas industriales u hospitales. “Una vez recogido se lleva a una planta gestora de residuos donde se recicla y limpia. Después nos lo traen a las plantas de biodiesel”, explica Jordi Vaquer, director de Stocks del Valles, la primera empresa de este tipo que se abrió en España.
En algunas ciudades existen experiencias de recogida domiciliaria a través de los “puntos verdes”, donde los ciudadanos depositan sus residuos, entre ellos el aceite de fritura usado. Para garantizar su buen funcionamiento se requiere una mayor concienciación sobre la importancia del reciclaje. En opinión de Miguel Ángel García, director general de Bionor, una empresa de biodiesel ubicada en Álava, “la administración debería implicarse mucho más para que se cumpla la normativa. Existe una ley de residuos que afecta a todas las empresas, pero en la actualidad no siempre se cumple”.
Una vez que se trata el producto y se le quitan todas las impurezas y la humedad que contiene, el aceite usado se envía a las plantas que producen el biodiesel. Tras un proceso de transformación se convierte en éster metílico. “Este combustible está elaborado a partir de aceites vegetales. Hasta ahora los carburantes se hacían con aceites minerales, como el petróleo. El biodiesel tiene una estructura química parecida, la diferencia es que se hace con cadenas de carbono extraídas de aceites vegetales”, especifica Jordi Vaquer.
Ventajas del combustible ecológico
Este combustible es ecológico porque al no tener azufre contamina mucho menos que otros, y está comprobado que en su proceso de combustión las emisiones contaminantes son un 55% más bajas que las del gasóleo tradicional. Su principal ventaja es que no emite CO2, causante del efecto invernadero. “Pero, además, tampoco contiene hidrocarburos aromáticos policíclicos, que son cancerígenos”, aclara Miguel Ángel García. “Otro valor añadido de este producto es que permite retirar y reciclar un residuo muy contaminante, el aceite de fritura, que normalmente llega desde el sumidero a los ríos”.
Para el director de Bionor, otro punto a su favor es que reduce la dependencia energética del petróleo. “Nosotros tenemos la materia prima, así que podemos garantizar el suministro de carburante sin depender de nadie”. Pero además también tiene la ventaja de que su punto de inflamación es superior al del gasoil, lo que aporta una mayor seguridad en su almacenamiento o en caso de accidente, ya que le cuesta más arder.
Por último, el biodiesel aporta otros beneficios para los coches, según confirma Jordi Vaquer. “Este combustible mejora el rendimiento del motor porque al estar hecho con aceites es mucho más lubricante que el gasóleo y va mejor para los vehículos. Está demostrado que alarga su vida y, además, el motor hace incluso menos ruido”.
Antes de que saltara el escándalo de las dioxinas en los pollos belgas, el aceite usado se utilizaba para elaborar los piensos de los animales, pero a raíz de este problema la Unión Europea lo prohibió. “Por eso las empresas que recogen el aceite han pasado de venderlo a un sector agrícola a suministrarlo al sector de los carburantes. Nosotros no podemos pagar mucho, así que el servicio de recogida que ahora es gratuito para las empresas, tendrá pequeñas cuotas dentro de muy poco tiempo”, avanza el director de Bionor.
¿Puede usarlo cualquier coche?
Todos los vehículos diesel pueden usar este combustible sin hacer ninguna transformación en el motor, siempre que se venda mezclado con el gasoil. De hecho, en estos momentos ninguna gasolinera lo vende puro al 100%. Tal y como explica García, “si se vendiera sin mezclar, habría que hacer una pequeña y sencilla modificación en los manguitos de los coches de más diez años. Pero siempre se mezcla con el gasóleo A, normalmente es un 15% de biodiesel con 85 % de gasóleo”.
En Cataluña las primeras gasolineras que lo comercializaron lo mezclaban en una proporción de 30% biodiesel y 70% gasoil, pero ante la gran demanda tuvieron que diluirlo más y bajar hasta un 10%. Esto, en opinión de Vaquer, no supone que el carburante pierda su valor ecológico. “Da igual que las 6.000 toneladas que nosotros producimos las consuma un sólo vehículo o se repartan entre miles de coches en una dilución menor. Lo que importa es que se reduce la contaminación, ya que evita el consumo de 6.000 toneladas del gasóleo tradicional”.
Actualmente la producción de biodiesel es aún muy pequeña en España, ya que sólo hay dos plantas, en Cataluña y País Vasco, que producen 6.000 y 22.000 toneladas respectivamente. Pero la previsión es que en los próximos cinco años se abran unas cuantas plantas, que permitirán al menos cumplir las directivas europeas en torno a energías renovables.
Según los plazos que establece esta normativa de la Unión Europea, para el año 2005 el 2% del consumo energético debería ser de energías renovables, entre las que se incluye el biodiesel como sustituto del gasóleo. Para el 2010 esa cifra sube al 12%, y en el 2020 el objetivo es alcanzar el 20%. El director general de Bionor, reconoce que “la posibilidad de sustituir todo el petróleo por otras energías es algo aún muy lejano. De momento, si quisiéramos producir más biodiesel, los agricultores tendrían que cultivar más oleaginosas para poder disponer no sólo de aceite usado sino también virgen”.
Países como Alemania, Francia, Italia o Austria nos llevan una gran ventaja en este tema. “Aquí apenas estamos empezando” asegura Vaquer. En Alemania, por ejemplo, ya hay mil gasolineras con surtidores de este carburante. En España aún son pocas las que lo ofrecen, pero esto obedece también a razones que no tienen que ver con la escasa producción, tal y como explica el director de planta Stocks del Valles. “El problema es que muchas gasolineras no son libres y están obligadas a comprar a un sólo distribuidor, por ejemplo sólo a Repsol, o Petronor, etc. A éstas nosotros no les podemos vender el biodiesel, y únicamente podemos trabajar con las libres. Así que esta situación hace bastante difícil una mayor distribución”, apunta.
El precio del biodiesel en las gasolineras es el mismo que el del diesel tradicional. Este carburante también se puede usar para calefacciones o para producir vapor, pero en la práctica no sale rentable. “Nosotros lo fabricamos para que sea sustituto del gasóleo de automoción porque de lo contrario los números no salen. Por el gasóleo C de calefacción se paga mucho menos”, explica Miguel Ángel García. De la misma opinión es Vaquer, quien cree que “únicamente podemos ser competitivos si logramos vender al precio del gasoil”.