Los fabricantes de automóviles clasifican sus modelos en varias categorías comerciales, A, B, C y H, que varían de acuerdo a las dimensiones, las cuales van desde los dos metros y medio hasta los seis.
En el segmento A se encuadran los autos más pequeños, con una longitud de unos tres metros aproximadamente. Se les denomina compactos utilitarios y tienen una función primordialmente urbana. Lo habitual son carrocerías de tres puertas, con plazas para cuatro personas y maletero muy poco espacioso, reducido casi al mínimo. Ejemplos son el Fiat Seicento y el nuevo Opel Astra.
En el B se encuadran a los vehículos que miden entre 3,5 y 3,8 metros. Disponen de tres o cinco puertas y con cinco plazas en su interior. También tienen una función urbana, aunque sus condiciones les permiten realizar con garantías desplazamientos largos. Las diferencia respecto a la anterior categoría se va reduciendo cada vez más ante la aparición de modelos intermedios como el Ford K o el Renault Twingo.
El segmento C comprende a los vehículos de tamaño medio. Va desde los compactos de cuatro metros de eslora hasta las carrocerías de dos volúmenes y medio con tres y cinco puertas.
Y el H son las berlinas de más de cuatro metros y medio de longitud, inclasificables en la categoría C por tamaño y precio