No es ciencia ficción: el coche sin conductor cada vez está más cerca de invadir calles y carreteras. Google, Tesla, Mercedes-Benz, Ford, Audi, Nissan y BMW, entre otras, son empresas con sistemas de conducción autónoma listos para funcionar. El automóvil sin conductor ofrece numerosas ventajas, como disminuir la contaminación o los atascos, pero sobre todo reducir el número de accidentes de tráfico, ya que en el 90% de los casos se pueden atribuir a un error humano. En este artículo se explica cómo funcionan los coches autónomos, que ya pueden circular en pruebas por las carreteras españolas y también algunos dilemas no resueltos de estos vehículos.
¿Cómo funciona un coche sin conductor?
Los coches sin conductor utilizan sistemas que ya usan numerosos vehículos, pues los automóviles autónomos son una extensión de las ayudas para los conductores, es decir, los Sistemas Avanzados de Asistencia a la Conducción (ADAS) como la ayuda para aparcar, para frenar o para mantenerse en un carril, que dan una advertencia y corrigen la dirección si un vehículo sale del carril.
Pero un coche autónomo va mucho más allá. La base es un GPS, que es una parte vital de la tecnología de un automóvil sin conductor. Este sirve para establecer el punto de inicio y de final, analiza todos los caminos y elige el mejor. Pero no basta, pues sus mapas rara vez cambian y, además, el camino real incluye tráfico, desvíos por obras, obstáculos imprevistos… Por eso, necesita sensores radares, que van distribuidos por la carrocería y son capaces de detectar distintos obstáculos que se encuentran en el camino. Además, permiten que el vehículo vea hasta 100 metros de noche o con lluvia, nieve u otras situaciones adversas.
El coche autónomo cuenta también con cámaras de video, muy útiles para leer señales de tráfico, detectar semáforos y controlar otros vehículos, además de rastrear y buscar peatones y otros obstáculos. Y una tecnología esencial son los sensores lidar, que detectan los bordes de las carreteras e identifican las marcas de carril. Su funcionamiento consiste en enviar un haz láser que rebota y procesa la información.
Los automóviles sin conductor necesitan, además, tener un ordenador central que analiza todos los datos de los diversos sensores para convertirlos en acciones: dirigir, frenar o acelerar.
¿Cómo decide un coche sin conductor?
Uno de los aspectos más controvertidos del coche autónomo es el de la toma de decisiones. ¿Cómo lo hace? Gracias a la inteligencia artificial, se basa en modelos matemáticos.
Pero, además, ingenieros del Instituto Tecnológico de Michigan están ayudando a programar los automóviles sin conductor intentando introducir algunas variables de decisión humanas. No obstante, aseguran que los accidentes con un coche autónomo se reducirán a una tercera parte.
Leyes para los coches sin conductor
La Ley siempre va a remolque, adaptándose a los cambios y nuevos acontecimientos. En el ámbito de la conducción sin conductor sucede igual, pero en España se va preparando el camino para una realidad cada vez más cercana.
En 2015 la Dirección General de Tráfico (DGT) aprobó una instrucción, una primera normativa que permite la prueba de vehículos autónomos por las vías de nuestro país. Para realizar las pruebas en zona urbana, autopistas y carreteras hay que solicitarlo antes y el coche debe ir bajo la supervisión de un conductor, que será el responsable de la conducción.
La instrucción es solo el primer paso, pues desde la DGT son conscientes de la necesidad de regular en este sentido y ya preparan, según sus responsables, «un reglamento sobre la conducción autónoma que debería estar aprobado en este año 2017″. No solo deberá regularse sobre cómo organizar esta conducción, sino cuestiones peliagudas como la responsabilidad en caso de accidente. Y es que si es el coche el que decide la velocidad, el carril, etc. y provoca un accidente, ¿sobre quién recae la responsabilidad: sobre el pasajero o el fabricante?