En España se venden 238 modelos de vehículos en más de 2.400 versiones. Antes de comenzar la búsqueda es necesario eliminar candidatos hasta reducirlos a dos, tres o cuatro automóviles, que son los que podremos probar en los concesionarios. Para acertar en la elección y no perder tiempo es recomendable seguir estos pasos:
– Comprar varias revistas del motor y leer las pruebas de diferentes modelos. Aunque no sean los que nosotros queremos, esta información nos proporcionará criterios para valorar cualquier vehículo.
– Entre esas revistas, elegir la guía de precios que más nos guste. Son mejores las que tienen fotos de todos los modelos y exponen los datos ordenadamente. Más que un aluvión de números necesitamos claridad y orden para poder leerlos con comodidad.
– Tener claro el presupuesto máximo del que disponemos. Tachar todos los vehículos que rebasen esa cifra en 4.000 euros. Conviene hacerlo así porque, más adelante, tal vez tengamos que restar los descuentos promocionales y ofertas que, en algunos casos, alcanzan esta cantidad.
– Entre los que han quedado, tachar aquellos cuya estética no nos guste. Si la fotografía de la revista no nos deja las cosas claras, siempre podemos buscar más fotos y vídeos de los coches en Internet.
– Tachar aquellos modelos que están por debajo de la categoría que buscamos: los que son demasiado pequeños, poco potentes o demasiado baratos.
– Hacer una lista del equipamiento y características que nos resultan imprescindibles: ABS, airbag, aire acondicionado, tamaño del maletero, número de puertas… Entre los modelos que nos queden, tachar los que no cumplan todas nuestras condiciones.
– ¿Gasolina o diesel? El diesel tiene más gastos de mantenimiento y su precio es superior al de su equivalente de gasolina. Los diesel sólo son rentables si hacemos una media de 25.000 ó 30.000 kilómetros anuales.
– Consultar en Internet las webs de las marcas de automóvil que nos queden. Mirar el número de concesionarios y talleres oficiales que tienen en España. La proximidad de un taller oficial puede ser un criterio importante para decidir.
– Buscar en esas mismas webs los descuentos y ofertas vigentes. También los podemos encontrar en anuncios de prensa, radio y televisión. Restar los descuentos al precio que figura en la guía y eliminar nuevamente los que rebasen nuestro presupuesto.
– Potencia del motor: la elegiremos de acuerdo al uso que tendrá el coche. Si va a ser el segundo vehículo, para ir al trabajo o a las compras basta con 45 a 70 caballos aproximadamente. Si se va a usar ocasionalmente para viajes, 65 a 90 caballos. Si su destino va a ser los viajes largos y frecuentes, necesitamos más potencia para realizar los adelantamientos con agilidad: 85 a 120 caballos. Una potencia superior a ésta sólo se justifica en las grandes berlinas que por su peso necesitan potencia extra o en automóviles deportivos.
– Otras características: consumo de combustible o tamaño del vehículo nos ayudarán a eliminar algunos candidatos más.
El objetivo de esta selección es quedarse con dos, tres o cuatro finalistas. Estos modelos son los que debemos ver, tocar y probar personalmente en un concesionario para tomar la decisión final.
Otros consejos:
– Si es posible, conviene visitar varios concesionarios de la misma marca y comparar. A veces existen diferencias destacables en los precios.
– Acudir al concesionario con las ideas claras y la mayor información posible. Los comerciales son vendedores natos que detectan enseguida los puntos débiles y lagunas de información del comprador. Puede que los aprovechen para «colarnos» el modelo que a ellos les interese.
– No es obligatorio acogerse a las condiciones de financiación del concesionario. Somos consumidores libres para elegir con quién queremos negociar nuestro crédito.
– Guardar la publicidad: las ofertas, fechas y demás detalles que figuran en la publicidad tienen valor contractual y sirven como prueba en posibles desacuerdos o demandas.