La lubricación es fundamental para el funcionamiento del automóvil. El motor se compone de un bloque de acero con unos pistones en su interior que giran a miles de revoluciones por minuto. Si no hay suficiente lubricante, el motor puede gripar, es decir, fundirse debido al calor del rozamiento entre sus componentes, una avería que frecuentemente obliga a tomar el camino del desguace. Para evitarlo es conveniente comprobar periódicamente el nivel de aceite con una sencilla operación que se completa en pocos minutos.
Para una correcta medición, es necesario que el vehículo se encuentre parado en un terreno horizontal. Hay que realizarlo con el motor en frío. En caliente, la dilatación produce un margen de error y, en caso de vernos obligados a rellenar el depósito de aceite, podría resultar peligroso si alguna gota cae sobre componentes a altas temperaturas.
Una vez que el vehículo se haya enfriado, abriremos el capó desbloqueando la palanca, que habitualmente está situada bajo el salpicadero, a la izquierda del volante. Algunas marcas han sustituido este dispositivo por un cierre con llave en la parrilla frontal. En caso de duda, consultaremos el manual del vehículo.
Seguidamente aseguraremos el capó con la barra dispuesta a tal efecto. Comprobamos que esté firmemente asegurado para así evitar accidentes.
Localizaremos la varilla que permite medir el aceite. Está situada junto al bloque del motor y habitualmente, destacada por un color diferente.
Extraeremos la varilla tirando con suavidad hacia arriba.
Limpiaremos con un trapo o papel el extremo de la varilla y observaremos que presenta dos muescas. Son los niveles mínimo y máximo de aceite permitidos.
Introduciremos de nuevo la varilla hasta el tope y la volvemos a extraer. Observaremos que se ha manchado de aceite en su extremo. La mancha debe situarse entre las dos muescas. Si el nivel estuviera por debajo del recomendado, deberemos rellenar con el tipo de aceite indicado por el fabricante. Podremos adquirirlo en cualquier gran superficie, tienda de repuestos para el automóvil, taller o gasolinera.
Sobre el bloque motor encontraremos el tapón que da acceso al depósito de aceite. Está resaltado en el mismo color de la varilla y con un dibujo que indica claramente su función. Retiraremos el tapón y añadimos una pequeña cantidad de aceite. Esperaremos un par de minutos a que se deposite en el fondo, mediremos nuevamente con la varilla y repetiremos la operación hasta alcanzar el nivel adecuado de aceite.