Los sistemas climatizadores de los vehículos, tan populares en los últimos años, permiten viajar con una mejora significativa en el confort y la seguridad en la conducción. La mayoría disponen de funciones manuales y los más avanzados son capaces de gobernar automáticamente parámetros como los grados, la potencia y el caudal de aire, así como los lugares de salida del mismo. Sólo los coches más pequeños o de categorías inferiores se comercializan ya sin este accesorio, que fundamentalmente se encarga de mantener una temperatura previamente seleccionada en el interior del vehículo. Su mecanismo sirve tanto si hace frío como si hace calor y puede venir “de serie” o presentarse como un “extra”. No obstante, hay que tener en cuenta que su coste es 300 euros más caro que el aire acondicionado como opción de fábrica.
Equipamiento de serie
Prácticamente todos los vehículos de los segmentos medio o alto que se ponen a la venta en nuestro país llevan incorporado un sistema capaz de regular la temperatura del interior del coche de manera automática: el climatizador. Por su parte, los automóviles destinados a un segmento medio-bajo montan de serie el aire acondicionado manual; para ellos el climatizador se presenta como opción de fábrica.
El aire acondicionado, al igual que la dirección asistida, se ha convertido en los últimos años en un equipamiento casi obligatorio. Hoy “no se concibe” un coche sin un sistema de refrigeración, asegura Julio León, responsable del Departamento Técnico del Comisariado Europeo del Automóvil(CEA). Lo mismo opinan desde el área de Asistencia Técnica de ASETRA (Asociación de Talleres de Madrid).
La comercialización de automóviles sin este mecanismo es por tanto “residual”, tal y como confirma el secretario general de la Federación de Asociaciones de Concesionarios de Automoción (Faconauto), Blas Vives. Veamos algunos ejemplos:
- Modelos como la versión básica del Renault Logan, uno de los vehículos más baratos del mercado (que en su versión “todo manual” cuesta aproximadamente 5.000 euros), son de los pocos que se anuncian sin aire acondicionado. No obstante, el fabricante ofrece la opción de añadirle otros acabados, entre ellos, por supuesto, el climatizador.
- El Ford Ka también presenta un modelo básico sin aire acondicionado al que puede incorporarse en origen sumando a su precio de venta algo más de 900 euros. La opción de compra con climatizador encarece el automóvil básico en 1.200 euros, apenas 300 euros más que con aire acondicionado manual.
- En un Opel Corsa la diferencia entre uno y otro sistema sería de 270 euros.
- Los vehículos de más alta gama, como el Opel Vectra, y todos los que se comercializan con cambio de marchas automático traen de fábrica climatizador.
Confort ante el frío y el calor
El aire acondicionado simplemente introduce aire frío al interior, para ello utiliza un enfriador o evaporador, un compresor y un condensador. Funcionan de manera muy similar a los aparatos domésticos. Los de gama alta incorporan un dispositivo de deshumidificación. Y la diferencia entre el aire acondicionado y el climatizador estriba en la existencia en este último de un mecanismo electrónico gobernado por un termostato que, una vez preseleccionada la temperatura, es capaz de utilizar el ciclo necesario de calor o frío para conseguir esos grados. Es el control sobre el sistema de calefacción y aire acondicionado. Existen varios tipos:
- Hay climatizadores cuya función se limita a mantener la temperatura a modo de simple termostato.
- Hay otros que, además, controlan el flujo de aire, pero no las salidas que son manuales.
- También hay algunos totalmente automáticos que controlan el flujo y las salidas en función de diferencias de temperatura: interior, exterior, real y programada.
- Los más desarrollados, como el del Mazda Xedos 9, se acompañan de un sensor solar que intensifica la potencia de funcionamiento del equipo si el coche ha estado aparcado mucho tiempo al sol.
- En los climatizadores “bizona” o “multizona”, como el que monta el Mercedes Clase S, incluso los ocupantes de la parte trasera disponen de regulador propio. Se pueden regular independientemente las temperaturas de la parte trasera y delantera o del lado del conductor y del acompañante. Estos dispositivos suelen tener una horquilla máxima de diferencia de actuación entre los diferentes lados de 5 ó 6 grados.
Aspectos a tener en cuenta
- “De fábrica”. En la actualidad hay una gran diversidad de equipos innovadores que permiten usar compresores variables, los mismos que se desconectan automáticamente al pisar el acelerador a fondo. Los mecánicos aconsejan comprar el coche con el sistema montado “de fábrica” o “en origen”, así opina también el técnico de del Comisariado Europeo del Automóvil. Para hacerlo a posteriori hay que tener en cuenta el diseño y los cada vez más sofisticados componentes electrónicos del propio vehículo, puesto que hay que “agujerear” varias partes en el compartimento del motor y otras en el interior del habitáculo.
- Si el vehículo no cuenta con aire acondicionado ni con climatizador, bien porque su propietario no lo demandó en su momento o porque se trata de un modelo con varios años, podría instalarlo en un taller especializado o recurrir a los concesionarios. Actualmente, en la práctica, puesto que casi el 100% de los vehículos se comercializan con aire acondicionado, este requerimiento es más bien una rareza. Aunque todavía hay empresas que se dedican al mercado postventa, es decir al de los montajes hechos en automóviles ya matriculados, como Climauto, situada en Getafe (Madrid), donde montan estos sistemas en automóviles de importación alemanes y coreanos, y en algunos camiones, sobre todo de la marca Nissan.
- Técnicamente se puede incorporar un sistema de aire acondicionado o climatizador en cualquier vehículo. “Perfectamente se puede montar el kit si el fabricante del automóvil lo tiene en su catálogo y facilita al taller todos sus componentes”, explican en ASETRA. Incluir el climatizador o sustituir el “aire” por el “clima” sería aún más raro y complejo, ya que los “tableros del vehículo no están adaptados para insertar los mandos”.
- Los dispositivos deben estar homologados y, en ésta, como en todas las operaciones de taller, lo más aconsejable es solicitar un presupuesto previo.
Elemento de seguridad
Con el climatizador en marcha el conductor puede olvidarse de la temperatura y, en las versiones más avanzadas, del caudal y la potencia del aire, así como de los puntos de salida del mismo. Además, para Blas Vives, ingeniero de Faconauto, es evidente que podría redundar en una reducción de los índices de accidentalidad, aunque no se han realizado estudios sobre este aspecto concreto. Lo que es indudable es que aporta confort y comodidad:
- Los ocupantes del vehículo pueden elegir la temperatura del habitáculo al encender el climatizador. Un ambiente adecuado en el interior oscila entre los 21 y 26 grados centígrados. Por debajo de esa temperatura la mayoría de las personas experimentan sensación de frío y por encima, calor.
- Con su puesta en marcha se deshumidifica el aire del interior del coche, lo que impide la condensación del vapor en las lunas.
- Los filtros de este mecanismo retienen gran parte de las impurezas y el polen del aire que penetra desde el exterior, de modo que se convierte en un elemento imprescindible para los alérgicos. La marca japonesa Mazda ha implementado filtros de varias capas que impiden la entrada también de malos olores que podrían llegar a marear.
- Facilita la posibilidad de viajar con las ventanillas cerradas, de esta manera se reduce el ruido en el interior del vehículo y el consumo de combustible. Bien es verdad que el funcionamiento del climatizador precisa un plus de carburante que en carretera puede ser de entre el 1% y el 2% más, dependiendo de los modelos, y en el ciclo urbano puede superar el 8%.
Como otro elemento más de seguridad del vehículo han de seguirse las instrucciones de mantenimiento y las revisiones marcadas por el fabricante. Se recomienda poner en marcha de vez en cuando el compresor para hacer circular el fluido; es imprescindible realizar las verificaciones y cargas del gas refrigerante -que en los vehículos modernos es el R-134a (tetrafluoroetano)- necesarias (más o menos cada 20.000 kilómetros) para mantener el climatizador en perfecto estado y no olvidarse de cambiar los filtros.