El precio de los coches

Las estadísticas del sector del automóvil lo muestran: para los consumidores, España es uno de los países de la Unión Europea donde más barato resulta adquirir un coche. Según el Eurostat, la Oficina de Estadística de la UE, sólo en Grecia y Luxemburgo se cobraban precios más bajos en 2002. Para calcular este dato con precisión, se han tenido en cuenta las diferencias de Producto Interior Bruto per capita, lo que se conoce como Paridades de Poder de Compra.

Si el precio medio en la UE es de 100, España tiene un índice de 93 en esta clasificación, en la que se contabilizan también los impuestos dentro del valor total del automóvil. Así, por ejemplo, según dicho estudio, si un consumidor comprara un Renault Megane 1.6 -que cuesta en España 16.465 ? impuestos incluidos-, en el país vecino de Portugal le saldría por 20.423 ?, es decir, 3958 ? más caro. Sin embargo, en Luxemburgo le saldría por 15.777 ?, 688 ? más barato. En Alemania costaría 17.015 ? y en Francia 16.800 ?. Si se tratara de comprar un Ford Mondeo 1.8 -que sale por 19.190 ?, impuestos incluidos en España- en Portugal (27.620 ?) o en Finlandia (27.534 ?) encontraríamos la mayor diferencia, más de 8.300 ? más caro. Este mismo modelo se puede adquirir en Francia por 19.140 ? (50 ? más barato) y en Alemania por 20.750 ? (1.560 ? más caro).

Incluso, se mantiene un nivel competitivo en este aspecto dentro de la futura Unión Europea ampliada. Estos datos se complementan con otros estudios como el realizado en noviembre de 2003 por la Comisión Europea del que se extrae que el ahorro medio en los 10 coches más vendidos en nuestro país (Megane, Focus, Xsara, 206, 307, Ibiza, Mondeo, Clio, León y Astra) es del 6,4%, si se compara con los precios de esos modelos en los otros 11 países de la zona Euro.

Precisamente, este bajo precio es uno de los factores que provocan que las expectativas de ventas para este 2004 sean muy positivas para la industria del automóvil. De momento, se están batiendo récords. En enero, se matricularon 98.941 coches en lo que se suponía la cifra más alta alcanzada en ese mes, con un aumento del 9,2 % respecto al año anterior, según datos de la Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac). En este pasado mes de febrero, continuó la misma tendencia y se alcanzaron unas ventas de 120.493 turismos, que sumados a los anteriores logran las mejores cifras del sector en un comienzo de año.

El precio de los coches lo marcan los fabricantes, que calculan también el porcentaje que se lleva el concesionario. Para ser más competitivos, los vendedores pueden utilizar su comisión y ofrecer automóviles con un coste más rebajado. En España, la carga impositiva ronda entre el 23% y el 28% ya que, además del 16 % de IVA, se aplica un impuesto de matriculación -transferido a las comunidades autónomas-, que es de un 12% del valor del vehículo para los motores de gasolina y del 7% para los diesel. “La fiscalidad es más alta que en otros países por este último impuesto, y el fabricante tiene que intentar adaptar sus precios a cada país”, explican desde Anfac.

Una de las peticiones más habituales tanto de los fabricantes de coches como de los concesionarios es que se elimine el impuesto de matriculación. De este hecho se deriva la siguiente idea: si ya son baratos los automóviles en nuestro país, la supresión de este impuesto haría descender aún más los precios. Pero Juan Antonio Sánchez Torres, presidente de la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor, Reparaciones y Recambio (Ganvam), advierte de un factor importante que se debe tener en cuenta. “Los coches en España son más baratos porque el fabricante baja artificialmente el precio al conocer que aquí existe dicho impuesto”. Es decir, en el caso de que éste se eliminara los beneficios se concentrarían en el fabricante o concesionario, que lo vendería por cifras parecidas, aunque ganaría más por venta en lugar de favorecer al consumidor con una hipotética reducción de precios.

Desde Anfac, David Barrientos opina que otra de las razones que motiva el elevado número de ventas registradas hasta la fecha ha sido el contexto económico general, por su efecto en la recuperación de la confianza del consumidor. “Inciden de manera positiva la reducción del paro y los tipos de interés bajos, porque entre el 70% y el 75% de las compras que se realizan lo hacen mediante financiación. No obstante, prevemos que, aunque este crecimiento se prolongará en el primer semestre, en la segunda parte del año se moderarán las cifras de matriculaciones.”

Cuando se adquiere un vehículo nuevo -ya sea de gasolina o diesel- se puede aplicar el Plan Prever. La novedad de este año reside en que también engloba la compra de coches de segunda mano siempre que tengan menos de cinco años de vida. Esta iniciativa tiene el objetivo de intentar renovar el parque de automóviles en España, caracterizado por su antigüedad. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, se componía de casi 21 millones de coches en 1998. “El 36% tiene más de 10 años. Y esto, entre otras cosas, repercute en la seguridad vial”, señala Sánchez Torres.

El Plan Prever consiste en un descuento en el impuesto de matriculación de 480,81 euros por entregar un coche con más de 10 años de antigüedad y motor de gasolina -siempre que el vehículo haya sido dado de baja como máximo en los 6 meses anteriores a la matriculación del nuevo- y de 721,21 euros en el caso de que el motor no sea apto para utilizar gasolina sin plomo. Según comentan en Aniacam, el Plan Prever ha sido utilizado un 36% más en lo que llevamos de 2004 que en el inicio de 2003.

En el mercado español es más habitual comprar coches nuevos que de segunda mano, a diferencia de otros países de la Unión Europea. Según datos de Ganvam, en 2003 sólo se vendieron 8 automóviles usados por cada 10 nuevos, a gran distancia de los 35 del Reino Unido, los 20 de Alemania o los 19 de Francia. En total, en el pasado año se vendieron en España 1.383.000 coches nuevos y, partiendo de los datos recogidos hasta septiembre, se calcula que 1.200.000 vehículos usados.

A grandes rasgos, estos son los tipos de automóviles que un consumidor se puede encontrar a la venta en el mercado, en función del precio y del grado de uso:

• Coche nuevo: no ha sido todavía matriculado. Por estrenar.
• Coche´kilómetro cero´: este es el primer eslabón en la cadena de vehículos usados y el concepto que últimamente se publicita más. “Es un coche matriculado oficialmente, pero que no ha rodado. No tiene por qué tener estrictamente cero kilómetros, puede haber rodado únicamente entre 12 y 120 kilómetros desde la fábrica hasta el concesionario. La matriculación de estos automóviles se realiza por diversas cuestiones internas, por ejemplo, para cumplir con los objetivos de ventas de las marcas, o también por ser destinados a la reposición sin que después vuelvan a ser utilizados”, explica el presidente de Ganvam.

  Sólo con el hecho de matricular el vehículo, éste ya se devalúa entre un 10% y 15%. Este es un punto interesante para el consumidor porque los kilómetro cero son coches que no han circulado en absoluto.

• Coche seminuevo: son automóviles que registran más kilómetros respecto a los llamados ´kilómetro cero´, pero menos que los de demostración. “Tienen menos de 3 años y han rodado muy poquito. Pueden haber sido utilizados para ser mostrados a los clientes o puede ocurrir que el comprador se haya cansado de él y lo haya cambiado por otro modelo”, indica Sánchez Torres.
• Coche de demostración: aquel vehículo que se usa para enseñar al cliente cómo se comporta en movimiento el modelo por el que se ha interesado. La diferencia con en el anterior estriba en ha realizado más kilómetros y tiene más antigüedad. “Es todavía más barato porque está rodado y ha transcurrido más tiempo desde que se matriculó”, resalta Juan Antonio Sánchez.
• Coche usado: es el automóvil que ya ha sido vendido y ha circulado más kilómetros por las carreteras que los otros tipos de vehículos.

El consejo que el presidente Ganvam facilita a los interesados en adquirir un automóvil usado es comprarlo en una organización profesional y que tenga una estructura adecuada. “En estos establecimientos se tiene la seguridad de que no le van a engañar. En dónde se debe tener cuidado es en las transacciones entre particulares”, concluye.