El importe final del precio del seguro de un automóvil viene básicamente motivado por un conjunto de variables que pueden ser agrupadas en tres grandes bloques:
a)Relacionadas con el vehículo:
Pese a que en su gran mayoría los accidentes de circulación deben ser achacados a circunstancias relacionadas con el conductor del vehículo, es cierto que estadísticamente se demuestra la existencia de una serie de parámetros que pueden ser cuantificados y que tienen una determinada influencia en la tasa de siniestralidad final del conjunto del ramo. Por ello se tiene en cuenta:
–Antigüedad del vehículo. En función de la garantía que se contrate puede influir en un aumento o en una disminución de la frecuencia de siniestros y también su coste.
–Características técnicas del vehículo. Tienen un gran impacto en los siniestros de daños corporales a las personas o bien en los siniestros de daños materiales. Son variables que directamente no explican por sí solas la existencia de una determinada tipología de siniestros, pero que junto a otras tienen una elevada importancia.
–El uso del vehículo. Tiene una incidencia directamente proporcional a la frecuencia de su siniestralidad. Es lógico, un turismo de uso particular tendrá en general menor número de siniestros que un turismo de uso público. La simple exposición al riesgo (superior en el segundo caso) da lugar a ello.
–Zona de circulación. Las condiciones orográficas, el nivel de pluviometría, el trazado de las calles o la densidad de tráfico motiva cambios de siniestralidad importantes. No es lo mismo circular por una ciudad del centro de España, con poca densidad de habitantes y, por tanto, de vehículos, que por una ciudad como Madrid o Barcelona, en las que el trafico es muy denso. Tampoco es lo mismo circular por una capital que por los pueblos de una provincia. Es fácil adivinar la gran importancia que este factor tiene en la determinación de la prima.
b)Relacionadas con las personas:
Existen otra serie de variables asociadas a las personas que tienen una enorme relevancia a la hora de determinar la prima del seguro. Veamos cuáles son:
– Características del conductor. El conductor titular es la persona que habitualmente conduce auto y, por lo tanto, la persona sobre cuyos datos se realiza el cálculo de la prima. Los análisis realizados demuestran que no es igual la siniestralidad de hombres y mujeres, la de los jóvenes conductores que la de los de edad media, la de los conductores con poca experiencia y la de aquellos con cierta antigüedad en el carné de conducir.
También es cierto que los vehículos normalmente pueden estar conducidos por miembros del entorno familiar. Por este motivo es necesario cumplimentar e indicar las personas que quedan autorizadas a su conducción, todo ello a fin de que el conjunto de garantías incluidas en la póliza incorporen la posibilidad de que exista un siniestro siendo conductora en ese momento una persona diferente al conductor titular declarado. Es por ello por lo que existe en las pólizas la figura del conductor autorizado y por lo que se requiere su notificación.
c)Siniestralidad de la póliza.
Obviamente las primas de cada contrato se calculan mediante una tarifa correspondiente a la siniestralidad esperada a priori, siniestralidad teórica que se corresponde con cada una de las combinaciones de los diferentes factores de riesgo tanto del vehículo como de cada conductor.
Sin embargo, la prima de la póliza que a priori es establecida para un perfil de riesgo (conjunto de variables sobre las que se tarifica) a posteriori debe ser modificada según la experiencia de la siniestralidad de cada una de las pólizas.
No es justo que los buenos conductores paguen por aquellos que no lo son tanto. Es lógico que aquellos conductores que tengan siniestros deban pagar más y aquellos que no los tengan se vean beneficiados de tal circunstancia. Así, en la póliza se incluye el sistema «bonus-malus», que adecua el importe de prima que se ha de pagar a la experiencia de siniestralidad del conductor del vehículo.