Dentro de las conclusiones presentadas en el Curso de Medicina de Tráfico impartido en el marco de los Cursos de Verano de la Universidad de Cantabria, el geriatra Alfonso Arias Muñoz reclamó «la necesidad incuestionable y el derecho inalienable de las personas mayores a seguir teniendo, por muchos años, la autonomía que proporciona un vehículo».
Para ello, Arias Muñoz abogó por facilitar que estas personas puedan conducir, y «conducir bien». El geriatra señaló que «el mayor enemigo» de los mayores a la hora de ponerse al volante, además de la enfermedad y el propio proceso de envejecimiento, es el desuso, y por ello «no deben renunciar a conducir». En este sentido, denunció la discriminación que se produce cuando, en las consultas médicas, a los jóvenes se les pregunta si conducen y a los mayores nunca. «Se tiende a pensar que ya no tienen capacidad», señaló.
Uno de los mayores problemas a esta edad es la somnolencia, derivada de las alteraciones del sueño que afectan a un 40% de los mayores de 60 años. A este respecto el geriatra rechazó el uso de los tranquilizantes, porque, según él, estos fármacos «producen más somnolencia diurna que el propio insomnio».
No deben establecerse dogmas ni medidas a favor o en contra de la conducción de las personas mayores, porque cada uno envejece de una manera diferente, concluyó el geriatra.