El avance de la electrónica ha conseguido abaratar su precio, tanto, que ya podemos instalarlo en nuestro automóvil por un precio entre 1.500 y 4.000 euros. Las principales marcas lo han incluido entre sus opciones y si va a adquirir un vehículo nuevo debe tenerlo en cuenta.
Se trata de un pequeño ordenador dotado de una pantalla que se conecta a la red de satélites GPS, localizando nuestra ubicación con tal exactitud que el error no suele ser superior a dos metros.
Así, solo tenemos que indicarle nuestro destino y el nos guiará a través de una voz, indicándonos qué desvío debemos tomar en un nudo de carreteras, la salida correcta en las rotondas o el cambio de sentido más cercano en el improbable caso de que nos equivoquemos.
Si estamos en una ciudad, le podemos indicar no sólo la calle a la que deseamos ir, sino el número de portal exacto. Y si no lo sabemos, le basta con el nombre de nuestro hotel o restaurante. GPS calcula el itinerario más rápido y nos guía, teniendo en cuenta el sentido de circulación de las calles, los atascos, los semáforos o las obras.
La información de los mapas, hoteles, gasolineras, cines, restaurantes, monumentos, campos de golf, pistas de esquí, rutas turísticas y un largo etcétera de servicios se encuentra en un CD-Rom, que se actualiza periódicamente.
El de España incluye la red completa de carreteras y los planos de las principales ciudades. En el resto de Europa, tiene a su disposición otros CD-Rom completísimos, que además, le hablan en su idioma. Si viaja a Francia o Alemania, no tiene más que adquirir el CD correspondiente y podrá moverse por todo el país y sus ciudades como si hubiera nacido allí.
Además, el GPS ofrece la posibilidad de ver la televisión, un DVD o reproducir CD de música.