El color de un vehículo suele relacionarse con la personalidad de quien lo conduce. De hecho, los gustos apuntan a tonos llamativos para modelos deportivos o de menor tamaño -conducidos principalmente por personas jóvenes- y colores más clásicos para vehículos familiares o de gama alta. Esta suele ser una de las razones por las que se cree que los colores fuertes, como el rojo o el amarillo, están implicados en mayor número de accidentes y tienen, por lo tanto, una prima de seguro más alta. Sin embargo, la mayoría de las compañías no tienen en cuenta la tonalidad a la hora de cobrar la póliza, sino otras variables como la edad, el sexo o la antigüedad del permiso de conducir. Además, coincide que el color más seguro, el plata, es también uno de los preferidos en las compras, seguido del gris y el negro.
Factores en los que influye
El color del coche es una de las características que más se tiene en cuenta en la compra de un vehículo. Puesto que la vida útil de un automóvil es de 12-15 años, es una elección que no suele dejarse al azar. Debe satisfacer a largo plazo. Desde la Federación de Asociaciones de Concesionarios de la Automoción (Faconauto), aseguran que no tienen estudios sobre los gustos concretos de los compradores, pero confirman la preferencia de colores vivos (amarillo, verde o azul celeste) para los coches pequeños, de tonos negros o grises, “siempre metalizados”, para los vehículos de mayor tamaño y de colores llamativos (rojos o amarillos) para los deportivos. A menudo, se dice que el color refleja la personalidad de quien conduce: amarillo para personas modernas y joviales, verde oscuro para las tradicionales, negro, azul y gris para reflejar elegancia, rojo para los más atrevidos, naranja para entusiastas y blanco para personas tranquilas.
Se considera que el color no es un factor que influye directamente en la seguridad vial, aunque puede reducir la posibilidad de que se produzca un accidente
Según estas variables, el color del coche es una tarjeta de presentación que determina, además, varios aspectos. Una de las creencias más comunes es la influencia que tiene en el coste del seguro. “Hay muchas leyendas sobre el incremento de la cuota del seguro obligatorio por el color que se elija, pero hay que aclarar que no todas las compañías trabajan con esa prima”, afirma una portavoz del Comisariado Europeo del Automóvil (CEA). Diversas compañías de seguros consultadas por CONSUMER EROSKI revelan que, efectivamente, el color no es un factor que se tiene en cuenta a la hora de cobrar una póliza. “Para Zurích, el color del vehículo no influye en la prima del seguro”, aseveran en esta aseguradora. “Este no es un factor de tarificación”, añaden en Allianz Seguros, que destaca como factores más influyentes: la marca, el modelo, la versión del vehículo y, si corresponde, el valor de los accesorios; edad, sexo, antigüedad del carné, estado civil y profesión del conductor, domicilio de residencia y antecedentes de siniestros. “Cada compañía emplea sus propios parámetros para establecer el importe de la póliza”, indican en Unespa.
Se considera que el color no es un factor que influye directamente en la seguridad vial, aunque puede reducir la posibilidad de que se produzca un accidente. En concreto, desde CEA reconocen la influencia del tono en el paisaje exterior, hasta el punto de hacer un coche más visible según el lugar en el que se encuentra. “Por ejemplo, no es lo mismo conducir un coche pintado de verde en Asturias que en Castilla y León, donde, por temas de entorno, sería más visible”, explican. Otro estudio realizado por Mapfre hace algunos años recogía también la influencia del entorno y de la iluminación, de manera que los coches rojos o amarillos resultarían más visibles en vías iluminadas, tanto por el día como por la noche, mientras que en ausencia de iluminación aumentarían el riesgo de siniestro. Lo contrario ocurriría con el color blanco, que es, además, uno de los tonos más económicos y frescos, frente a otros como el negro. Este último absorbe mayor cantidad de rayos de sol, con el consiguiente aumento de temperatura en el interior del vehículo.
Los marrones y negros no son tan seguros
Un estudio realizado por la Universidad de Auckland, en Nueva Zelanda, analizó en 1999 la influencia del color del coche en los accidentes de tráfico. Las conclusiones determinaron que el riesgo de sufrir un siniestro es mucho menor con un vehículo de color plata (13,3%), que con otro de color marrón (70%). En el resto de colores, el porcentaje de riesgo es: gris 20%, rojo 23,3%, amarillo 26,7%, azul 30%, blanco 33,3%, verde 60% y negro 66,7%. Cuando se conduce un automóvil plateado, la probabilidad de tener un accidente es casi tres veces menor que con uno blanco y cinco veces menor que con uno marrón. Sin embargo, éste no suele ser un factor que se tenga en cuenta cuando se acude a un concesionario para comprar un automóvil, sino que se valoran más otros como el diseño o la elegancia.
El negro es el segundo color más peligroso, detrás del marrón
La investigación de la universidad neozelandesa analizó los accidentes con muertos y heridos que hubo en el país durante el año 1999 y los contrastó con la respuesta que dieron 571 conductores a la siguiente pregunta: ¿qué color consideras más visible en carretera? Curiosamente, los colores más visibles coinciden con las preferencias de los consumidores, que en los últimos años se han decantado por tonos grises y plateados. Junto a ellos, también se ha puesto de moda el color negro, aunque en este caso se trata del segundo color más peligroso. El marrón, con mayor riesgo de accidente, está todavía lejos de ser uno de los tonos preferidos.
En cuanto a la agresividad en la conducción, los estudios realizados no la relacionan directamente con el color del vehículo, sino con otras variables como la edad o el sexo. Una encuesta patrocinada por la marca alemana Audi, en colaboración con el Instituto Universitario de Tráfico y Seguridad Vial de la Universidad de Valencia, revela que el 66% de los españoles piensa que los hombres son más agresivos en la conducción que las mujeres, mientras que un 73% cree que los jóvenes conducen de manera más agresiva que las personas de mayor edad. Por ello, se considera que la educación vial es una de las mejores herramientas para hacer frente a esta agresividad, desde la etapa infantil, así como los programas de reeducación, las campañas de información y las mejoras en las vías.
Cómo se diseña un nuevo tono
La elección del color se ha convertido en los últimos años en una dura prueba. A los tonos más tradicionales, como el blanco, rojo, azul o negro, se han unido otros colores de nombres curiosos, que dificultan la elección y la elaboración de estadísticas. “Cada vez mas las marcas se empeñan en poner nombres como grafito, antracita, lapislázuli o champán, con lo que es imposible hacer estadísticas claras”, afirman en Faconauto. Algunos fabricantes tienen hasta medio centenar de tonalidades. Entre el 30% y el 50% de ellas son nuevas, mientras que el resto son evoluciones de tonos anteriores.
En un automóvil que se va a utilizar con frecuencia, las preferencias apuntan a tonos “sufridos” como los grises, en los que la suciedad se nota menos
Sin embargo, la elaboración de un nuevo color no es una tarea fácil. Pueden pasar tres años hasta que el mercado conoce la apuesta de cada marca. Los tonos se eligen en un proceso minucioso, que selecciona tanto el color de la carrocería como del interior. El abanico de opciones es amplio y no debe pasar de moda con el paso de los años. Un coche no es un objeto de temporada y, por lo tanto, no puede seguir las tendencias de la moda. Este es el caso del color blanco, cada vez más solicitado debido a su asociación con los productos electrónicos de alta tecnología, como el iPod. De hecho, el último Salón del Automóvil de Ginebra lo confirmó como el color revelación.
Otra variable que se tiene en cuenta al diseñar un nuevo color es la facilidad para mancharse. En un automóvil que se va a utilizar con frecuencia, las preferencias apuntan a tonos “sufridos” como los grises, en los que la suciedad se nota menos. Un coche blanco o negro, por ejemplo, son más proclives a la aparición de manchas o, al menos, a que éstas se noten más. Además, se debe apostar por tonos que vayan con un público de diferentes edades, no sólo joven o de alto poder adquisitivo, y seleccionar el acabado de la pintura: sólido, metalizado, mate, con brillo… Los vehículos más caros son los metalizados, ya que suele considerarse un extra en la factura final. Por el contrario, la garantía de anticorrosión no suele cobrarse aparte, puesto que se presupone que todas las marcas garantizan el buen estado de la pintura o que ésta, al menos, va a ofrecer una resistencia aceptable al paso del tiempo.