Imagen: Jessie Barber
Adquirir un coche con techo solar ha dejado de ser una adquisición exclusiva de otros países. La mayoría de las marcas dan la posibilidad en alguno de sus modelos de incorporar este extra que no es excesivamente caro. «Puede suponer un incremento de en torno a 800 euros aproximadamente», según apuntan desde uno de los mayores concesionarios españoles, aunque matizan que «como se considera un extra más del coche el incremento puede ser mayor dependiendo de las características del techo solar».
Entre las ventajas de comprar un coche con un techo solar está que se «puede ver el cielo» y que se tiene la sensación de sentir «un espacio más abierto», dicen los técnicos, aunque reconocen que es una cuestión de moda. Además se han conseguido niveles de seguridad importantes, ya que el cristal va muy reforzado, aunque advierten de que en caso de vuelco «siempre tiene más peligro que un coche con una carrocería normal». Por otro lado, entre los inconvenientes destaca que, como todo extra, cuando se estropea este techo el desembolso es mayor que en un vehículo simple.
Crece la demanda
Sin embargo, a pesar de cada vez se comercializan más modelos en el mercado, no son tantas las personas que compran un vehículo con estas características. Desde Webasto España, proveedor de techos solares explican que «hubo una época en la que se instalaban pocos techos de estas características porque se había extendido la mala fama de algunos fabricantes que no lo instalaban de forma adecuada y se producían filtraciones de agua, pero ahora parece que ha vuelto la moda». Y es que, recomiendan los expertos, hay que saber dónde se pone un techo solar para evitar filtraciones de agua y evitar que no quede bien sellado. Como en otros servicios merece la pena pagar más o buscar un taller adecuado para de llevar a cabo esta modificación en el coche.
De todas formas y antes de decantarse por instalar en el coche un techo solar hay que llevarlo a un sitio especializado porque no en todos los vehículos se puede colocar «after- market» una vez que el coche ya ha sido construido, según comentan desde Webasto. Hay que tener en cuenta que hay algunos turismos que pueden llevar sistemas de refuerzo de tipo estructural en el techo, por lo que no se podría llevar a cabo la instalación.
En el mercado se pueden encontrar desde los modelos más simples que se accionan con una manecilla o una rueda hasta los más seguros y cómodos que llevan un sistema de auto-cierre. A otros modelos hay que sumar techos que tienen una gran apertura y que posibilitan prácticamente tener un descapotable con alerones, aerodinámico y tela de vinilo resistente. Pero todo depende del dueño del coche y el gusto que tenga, porque la tecnología ha evolucionado y ahora se puede instalar incluso un techo solar panorámico que con un panel de cristal extralargo podrá permitir que entren los rayos de luz y el viento sin tener que llevar las ventanas abiertas.
Lejos ha quedado, por tanto, la época en la que colocar un techo solar en un vehículo era sinónimo de problemas, porque entraba el agua, el viento o no cerraba bien y no servía más que para gastar el dinero en arreglos. Hoy en día, según comentan los técnicos, los techos no tienen las juntas de antes. “Además, ahora se elabora un acabado que va literalmente pegado con silicona y sólo tiene una junta entre el marco y el cristal a base de caucho y grafito, con lo que es muy difícil o casi imposible que entre agua o viento”, aseguran.