La empresa Ficosa, con sede en el Centro Tecnológico de Mollet (Barcelona), es uno de los tres principales proveedores mundiales de sistemas de retrovisión y el único capaz de ofrecer la patente de su «detector digital de ángulo muerto» a los fabricantes. Por tanto, es previsible que este ingenio esté disponible a corto plazo en vehículos de serie.
El sistema consiste en situar dentro del retrovisor una pequeña cámara digital con un procesador de imagen integrado capaz de detectar la entrada y presencia de un vehículo en el área del ángulo muerto. Una luz roja y/o una señal acústica advierten del peligro al conductor.
Se trata, indudablemente, de una gran ayuda para las maniobras de adelantamiento, cambio de carril e incorporación a la vía, además de un elemento de prevención activa a la hora de evitar accidentes. También permanece alerta una vez que se ha aparcado el coche, por ejemplo para advertir, si intentamos abrir la puerta, cuando se aproxima un vehículo por la vía.
Tras cinco años de investigación en colaboración con empresas de tecnología punta, este vigilante del ángulo muerto cubre un amplio campo de seis metros de ancho y 30 metros de distancia, se adapta a la geometría de la carretera y puede detectar todo tipo de vehículos, desde automóviles, camiones y autobuses hasta motocicletas, scooters y ciclomotores.