Los motores de inyección directa combinados con cajas de cambios automáticas gestionadas electrónicamente han conseguido rebajar el consumo medio de los utilitarios de gasolina hasta los cinco litros por cien kilómetros. En los diesel, se pueden encontrar algunos modelos que recorren la misma distancia con sólo tres litros.
Los vehículos de gama media y alta también consumen menos, aunque la diferencia respecto a hace unos años no es tan espectacular, ya que lo han aprovechado para ganar prestaciones. Si a estos dos factores añadimos el encarecimiento de la gasolina, concluimos que a la hora de comprar un coche nuevo conviene hacer algunos números.
Como ejemplo hemos tomado dos versiones del mismo modelo, una de gasolina, con 84 caballos, velocidad máxima de 180 km/h y 7,1 litros de consumo, según datos oficiales del fabricante. Su «hermano» diesel, con 75 caballos y una velocidad máxima de 170 km/h consume 4,8 litros. A la hora de adquirirlos, la diferencia de precio entre ambos es de 1.780 euros (12.520 euros el primero frente a 14.300 del segundo).
Si estimamos una vida de 200.000 kilómetros para ambos, con unas sencillas operaciones concluimos que el primero consumirá 14.200 litros de gasolina, a 0,90 euros, 12.780 euros en total, mientras que el segundo repostará 9.600 litros de gasóleo a 0,70 euros, una factura de 6.720 euros. La diferencia es de 6.060 euros, un millón de las antiguas pesetas.
Si descontamos la diferencia del precio de compra, nos queda un ahorro de 4.280 euros (712.000 ptas), que repartidos en una vida útil de ocho años (25.000 km. anuales) supone 535 euros, cerca de 90.000 pesetas por año.
Cada uno debe calibrar si la pequeña diferencia de prestaciones entre ambos vehículos le compensa para pagar el precio del diesel. Eso sí, hay que tener en cuenta que el mantenimiento de este motor es ligeramente más caro y también paga un poco más impuestos y autopista, al conseguir la misma potencia con más cilindrada. Pero 90.000 pesetas cada año, bien valen una tarde haciendo cuentas. De hecho, la venta de vehículos diesel en España ha igualado e incluso superado en algunos meses a los de gasolina.
De todas formas, lo que hay que recordar, sobre todo, es que el mayor ahorro en cualquier circunstancia es una conducción responsable.