La fatiga es causa de un elevado número de accidentes de circulación. La somnolencia, el picor de ojos, el nerviosismo, son algunas de las señales que alertan de este estado. Según un estudio del RACE y ANFABRA, ocho de cada diez conductores reconocen haber sufrido somnolencia cuando estaban conduciendo, lo que constituye uno de los principales factores de riesgo al volante. En estas situaciones, el 44% de los encuestados afirma que tomar una bebida refrescante les ayuda a despejarse.
Este estudio es importante porque la fatiga está entre las primeras causas de siniestralidad, por encima de otros factores como el estado de las carreteras o las condiciones meteorológicas adversas. De hecho, en España, la fatiga es responsable de alrededor del 30% de los accidentes de tráfico.
La somnolencia es la fase final de la fatiga. Junto al 80% de conductores que afirma haber sufrido somnolencia mientras conducía, siete de cada diez reconocen haber notado pérdidas de concentración al conducir, lo que merma la capacidad de reacción, y un 50% manifiesta picor de ojos, visión borrosa o parpadeo constante.
Los síntomas físicos, en cambio, tardan más en ser identificados, como los calambres musculares -percibidos por el 33% de los entrevistados-, zumbido de oídos (10%) o sensación de brazos y pies dormidos (18%).
La fatiga es consecuencia de varios factores: la falta de sueño, el tráfico intenso, comidas copiosas, el calor, el consumo de alcohol, la deshidratación, el no parar lo suficiente, etc.
Si tenemos en cuenta estos factores, muchos automovilistas no tienen una percepción del riesgo de algunos de sus síntomas (el 85% de los encuestados no piensa que la deshidratación genera fatiga). Y lo mismo ocurre con la necesidad de parar o con el consumo de alcohol.